Un estudio publicado esta semana por la revista British Medical Journal reveló una asociación entre el consumo del antibiótico claritromicina y un aumento en el riesgo de sufrir males cardiacos. Este antibiótico es usado para tratar infecciones bacterianas en enfermedades como amigdalitis, bronquitis, neumonía, especialmente en pacientes que son alérgicos a la penicilina.
Imagen ilustrativa.
Los encargados de la investigación hicieron la aclaración de que el riesgo es poco, indican que es de 37 personas por cada millón que lo utiliza; agregan que su prescripción debe mantenerse hasta tener investigaciones que confirmen estas premisas.
Según explicó Luis Fernando Valerio presidente de la Asociación Costarricense de Cardiología, hay varios tipos de antibióticos, la citromicina forma parte del grupo de los macrólidos; estos antibióticos desde hace un tiempo se sabe que pueden tener algún efecto en el corazón, hace un año se hizo un estudio en Inglaterra y dieron una alerta a los pacientes con enfermedades respiratorias que usaban ese antibiótico, la Organización Panamericana de la Salud envió una alerta en marzo del 2013 y advirtió que era necesario hacer más análisis.
Lo que revela el estudio
Un grupo de investigadores daneses evaluó el riesgo de muerte cardiaca por el uso de claritromicina y otros macrólidos como la roxitromicina en comparación con la penicilina V. Estudiaron a más de 5 millones de tratamientos entre los años 1997 y 2011, de adultos daneses con edades comprendidas entre los 40 y 74 años (160.297 con claritromicina, 588.988 con roxitromicina y 4.355.309 con penicilina V).
El resultado fue un total de 285 muertes cardiacas durante el uso continuo de los fármacos del estudio, 18 de los cuales ocurrieron durante el uso de claritromicina y 32 durante el uso de roxitromicina.
Según explicó Sergio Camacho, cardiólogo del Hospital La Católica, en materia de medicina se deben poner las cosas en una balanza, estos efectos no se pueden generalizar, sino que hay que hacer la aclaración de que los pacientes que sufren alguna deficiencia cardíaca son los que podrían verse afectados con su uso; sin embargo, es el médico el que debe valorar cada caso en específico.
“Si tuviera un riesgo como tal de amenaza de vida, ese medicamento jamás hubiese pasado las fases de investigación para su uso en humanos”, enfatizó que son los pacientes susceptibles los que pueden desarrollar algún tipo de crisis por su consumo.
Explicó: “si hay pacientes con arritmias ventriculares y usted escoge darle un medicamento de estos, puede empeorar o precipitar una crisis de arritmia que puede ser potencialmente peligrosa para el paciente.”
Permanencia del antibiótico en servicio social de Costa Rica
En nuestro país, de acuerdo con información suministrada por la ingeniera Dinorah Garro gerente de Logística de la Caja Costarricense del Seguro Social la compra de claritromicina de 250 mg granulo es de 88.800 frascos para una inversión anual de $603,840; y de claritromicina de 500mg es de 23.200 frascos con una inversión anual de $327,120.
Según la doctora Xiomara Vega del Centro Nacional de Farmacovigilancia del Ministerio de Salud, la alerta es sumamente reciente, sin embargo, durante la tarde de este jueves el grupo de farmacovigilancia se reuniría para analizar las bases de datos y ver si en el país hay casos de muertes relacionadas con este uso; además, se consideraría si es necesario hacer modificaciones a nivel de advertencias e indicaciones en el uso y prescripción del medicamento.
No generar alarma, pacientes deben continuar con medicación
Por su parte, María Lorena Quirós directora ejecutiva del Colegio de Farmacéuticos, explicó que los pacientes no deben alarmarse y deben continuar con su receta médica. “Nosotros queremos que no genere alarma en la población, porque falta que se hagan más investigaciones.”
Indicó que estos resultados no se pueden extrapolar en la población de Costa Rica, además que los antibióticos están restringidos por receta y control médico; esto puede generar más bien, que los médicos den un seguimiento más a profundidad de la salud de los pacientes.
Jonathan Poveda, cardiólogo del Hospital San Juan de Dios explicó que lo que sucede es que estos medicamentos retardan la función del hígado lo que se asocian a arritmias que se relacionan con paros cardiacos, advirtió que lo recomendado con antibióticos de ese tipo es que no deben mezclarse con antihistamínicos (medicamentos usados para tratar alergias), así tampoco deben combinarse con otros medicamentos ni utilizarlos cuando la persona tiene el hígado predispuesto.
Poveda indicó que es necesario que el médico conozca a fondo a su paciente y no recetarlo indiscriminadamente ya que esto es lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones; actualmente es el médico general quien lo receta.