Cada vez más, con mayor fuerza, los costarricenses dirigen su creencia hacia un Dios accesible y que se adapta a las circunstancias de la vida de las diferentes personas. Esa, es una de las conclusiones a las que arribaron especialistas de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional (UNA), tras realizar una encuesta sobre este tema.
Para los investigadores no existe una pérdida de creencias religiosas, pero sí una reelaboración personal de estas. Ellos consideran que las ‘decisiones en materia de creencia se vuelven selectivas, pasando de una fe que engloba todos los aspectos de la vida, al consumo de algunos fragmentos del discurso religioso. Actualmente, el 69% profesan el catolicismo y casi una tercera parte se declara católico no practicante (un 27%).
“Este hecho se relaciona claramente con una institución católica y de otras iglesias evangélicas que no han logrado responder a las situaciones espirituales de los creyentes. Han encontrado una institución rígida que no se acerca a sus inquietudes, sus problemas personales y se relaciona muchísimo con todo lo que comprende la materia sexual y reproductiva”, comentó Laura Fuentes Belgrave, investigadora a cargo del estudio.
Fuentes explicó que un llamado frecuente de los católicos es que la Iglesia acepte el divorcio. Por ello, existe una reelaboración cotidiana que toma mayor preponderancia con el paso del tiempo.
“Los católicos no practicantes no parecen estar en el camino del abandono del catolicismo, tampoco en el punto de la conversión hacia otra fe, pero sí parecen personas decepcionadas, muy decepcionadas, aburridas y que sienten la misma frialdad de la que se quejan los cristianos evangélicos que se han convertido. Es también la misma queja de los católicos no practicantes, pero de alguna forma, la posición en que ellos persisten es una posición de elaboración individual, también pasa por el alejamiento de la comunidad católica y hay una recreación individual de la creencia”, añadió la especialista.
Fuentes comentó que llegaron a esta conclusión analizando estudios realizados por la Escuela de Matemática de la UNA en los últimos 23 años.
¿Cómo se hizo la encuesta?
También se aplicó una encuesta telefónica a 400 personas, mayores de 18 años, del 16 al 31 de octubre del año pasado.
Tiene un nivel del confianza 95% con un margen de error de 5%
Sobre Estado laico y aborto: posición contradictoria
Otros puntos determinados por la encuesta señalan que un 45,5% de los encuestados cree que debe eliminarse el vínculo entre la religión y la política. Mientras, un 23,6% considera que la Iglesia debe participar en el debate político como parte de la sociedad civil.
“Es la laicidad política, la mayoría de las personas piensan que es una dupla indeseada la religión y la política. Cuando lo ven sin adjetivos la mayoría de personas dicen que no. Ahora, nos encontramos que cuando hay una agenda política que trata de abordar temas en relación que atentan contra la moral sexual cristiana, el aborto, los matrimonios se activa la creencia y la gente ya no está tan segura de que el vínculo haya que eliminarlo”, describió Fuentes.
A nivel jurídico, la mayoría de las personas piensan que el Estado únicamente debe financiar los proyectos de bien social de las iglesias, eso se traduce en un 47,4% de los encuestados, mientras un 25,3% piensa que las Iglesias y el Estado deben tener una relación separada e independiente.
Sobre afiliación religiosa, un 42,0% se declara católico practicante, un 27% no practicante, un 16% cristiano evangélico, un 5,3 de otra fe cristiana, mientras un 4,3 no profesa ninguna religión. Cierran la lista los evangélicos no practicantes con un 4 y un 1,5 dicen ser de otra denominación cristiana.
Al consultarle sobre el tema, el sacerdote católico de la Iglesia de Curridabat, David Solano, indicó que el hecho de que la persona construya su religiosidad a la medida obedece a que el panorama religioso costarricense está cambiando y hay una mayor oferta de elementos religiosos.
“Puede ser que la mediación de las instituciones religiosas esté debilitándose, por una tendencia global que pasa en lo social y toca lo religioso. Hoy usted y yo vivimos más de manera individualizada, la relación es tu y yo, yo y Dios”, reseñó el cura párroco.