Existe un estrujamiento en las finanzas familiares que se evidencia en las cifras de consumo interno de los hogares, las cuales vienen en declive desde el 2011, según confirmó la economista de Aldesa Valores, Adriana Rodríguez.
“El dinero apenas alcanza para pagar los servicios públicos que en su mayoría son regulados e irán en aumento en este año y el próximo y eso provoca que a las personas les quede menos dinero para consumir fuera del hogar”, aseguró la economista.
Además, dijo que esto también afecta los niveles de confianza y las expectativas de comprarse un nuevo carro, invertir o adquirir o reparar la casa, lo que se traduce en un menor ingreso para el país.
Entre los aspectos que podrían estar incidiendo en este indicador sobresalen: el crecimiento económico, el cual, en la medida de que se vaya recuperando el mercado de Estados Unidos y otras economías desarrolladas podrían subir el ingreso nacional.
Además, el incremento de los bienes regulados va a estar alto este año y el próximo, producto del alto costo de las importaciones y de las presiones que ejerció el tipo de cambio durante el primer semestre.
La inflación alcanzó 4,14%, la cifra más alta en el primer semestre en los últimos seis años, lo que según la economista, provoca un importante crecimiento en el costo de la canasta básica.
Es muy poco lo que las familias pueden hacer, aseguró el economista, Óswald Céspedes, ante el incremento de los bienes regulados porque no va a dejar de pagar el teléfono, la luz, el agua o incluso el cable, entonces “debe apechugar” reestructurando el gasto y ahorrando más y endeudándose menos.
“Debe dejar de comer afuera, pasear menos, pagar al día sus préstamos para no incurrir en la cancelación de intereses y eso tendrá un impacto en el consumo”, mencionó.
El economista del Instituto de Investigaciones de la Universidad de Costa Rica (UCR), Rüdolf Lucke, mencionó que al analizar el crecimiento en el consumo real acumulado de los costarricenses, se evidencia que se mantiene contraído, principalmente por una mayor inflación y un bajo nivel de confianza del consumidor.
“Los costarricenses han sufrido un impacto negativo en la confianza que podrían estar deteriorando el consumo privado de los hogares y entre los factores pueden señalarse la expectativa de incremento en las tasas de interés de los préstamos en dinero, la pérdida de la capacidad de compra, consecuencia del aumento en la inflación por encima del ajuste salarial, las alzas en los precios de los combustibles, la electricidad y otros bienes y servicios regulados”, destacó.
El gerente general de Acobo, Orlando Soto, manifestó que es necesario que los costarricense tomen las previsiones necesarias para que los aumentos en los precios regulados no afecten el incremento en el bolsillo de los ciudadanos y para eso, la única recomendación es reorganizar el gasto y analizar cuáles son los bienes y servicios que son indispensables para cubrir, sobre todo, las necesidades básicas.