TSE hace un llamado a los ciudadanos de ejercer su derecho a votar. CRH.
La fiesta electoral ya no es lo misma y la gente no solo no quiere participar en política, sino que tampoco quiere votar. Estas elecciones se celebrarán en un clima de enojo, de molestia ciudadana, contra la política y los políticos, lo que podría arrojar resultados de abstencionismo no muy halagadores.
Pese a que del 2006 a la fecha el nivel de abstencionismo ha bajado, los analistas consideran que para esta elección hay altas posibilidades de que aumente. Los datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) muestran que en el 2006, los abstencionistas fueron el 34% del padrón electoral, mientras que en el 2010 fue de un 31%.
Las encuestas resientes auguran niveles mucho más altos a los de las elecciones anteriores. Según la última encuesta de Unimer Centroamérica, los abstencionistas podrían ser el 30% del padrón, pero hay un 33% de indecisos que podrían moverse de un lado al otro. Estos datos contrastan con los de encuestas anteriores, pues en la de Unimer de marzo del 2013, la cantidad de personas decididas a no votar era el 22%, mientras que los ticos que no pertenecían a alguna agrupación política eran el 62% de los entrevistados.
“Es que no hay opciones”, “Es que ninguno compone”, “Todos son más de lo mismo”, son algunas de las posiciones que definen a una mayoría de la gente que engrosa el 31% de los seguidores del candidato sin rostro, sin propuestas y sin palabra, el abstencionismo.
Junto con la población, están los que ya decidieron asistir a las urnas, tomar la papeleta e ir al recinto de votación. Pero ya en este lugar, mirarán las caras y reafirmarán lo que venían pensando desde hace días o meses y dirán “no quiero que alguno de estos sea mi presidente”. Aquí tomarán una de dos decisiones, volverán a cerrar la papeleta y la depositarán en blanco, o bien, anularán su voto.
Sin embargo, este “voto protesta”, ¿Genera efectivamente un cambio en los resultados el día de las elecciones? No. Con o sin su voto, el próximo 2 de febrero habrá un nuevo gobierno, bueno o malo depende de como usted lo califique. Lo que si cambia es el margen por el que ganará este nuevo presidente pues, si se necesita un 40% de todos los votos válidos (nulos y blancos no cuentan), entre mayor sea el número de abstencionistas y más sean los votos anulados, menor será la cantidad de votos necesarios para alcanzar la presidencia.
Entonces, la situación es así de sencilla, si usted vota nulo, en blanco o no vota, está favoreciendo a ese candidato que encabeza las encuestas. Sería como si, sin decírselo a nadie, se acercara a la urna y marcara la “X” en la casilla del candidato presidencial con más intenciones de voto al momento de las elecciones del próximo 2 de febrero, explicó el analista político José Carlos Chinchilla.
Lideran las encuestas en intención de voto los candidatos de Liberación Nacional, Johnny Araya y José María Villalta del Frente Amplio seguidos por el Libertario Otto Guevara y Luis Guillermo Solís de Acción Ciudadana. En la papeleta presidencial hay otros nueve aspirantes a la Presidencia de la República.
La actitud no es reprochable, desde los aspirantes a la presidencia, hasta los funcionarios del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y los analistas, entienden la posición del electorado sin candidato, quienes perdieron la esperanza en un sistema político que dejó demasiados portillos abiertos para que se colara la corrupción.
“El que no va a votar, el que se queda en casa, el que no cumple con su responsabilidad de ir a votar, lo respetamos, pero no esta resolviendo nada. La participación de todos nos asegura que elijamos a los mejores. El próximo mes de mayo habrá nuevo gobierno, con su voto o sin el, el que no vaya a votar, va a estar expresando una posición política pero no es la conducente”, explicó Luis Antonio Sobrado, presidente del TSE.
Entonces, el hecho de que usted no vote, no genera ningún efecto en el resultado de la elección y, por el contrario, refuerza la línea de un aspirante. Lo que no refleja, en términos electorales, es su descontento. Si usted no quiere que gane “X” candidato, dejar de votar hace que una población más reducida sea la que elija.
Panorama oscuro
Gustavo Román, asesor político del TSE, explicó que cuando abrieron el proceso electoral el pasado 2 de octubre, no lo hicieron con una venda en los ojos y sabían perfectamente que la realidad del país pintaba un panorama muy oscuro para la participación electoral.
“Es una elección que se va a dar en un clima de alto descontento ciudadano, pero la población debe de entender que votar nulo o en blanco no afecta en nada el resultado de la elección, el próximo 8 de mayo se le va a entregar la banda presidencial a un candidato, le guste a quien le guste, vote mucha o poca gente, entonces usen ese malestar para premiar o castigar a un candidato, utilice esa fuerza ese voto”, explicó Román.
Román recomienda que razone un poco más su voto, infórmese de quienes son los candidatos, no los tres primeros en las encuestas, sino todos los aspirantes. Después, investigue su programa de gobierno y revise sus propuestas. Pero si aun así ninguno le llama la atención, entonces vote por el que considere que tiene menos posibilidades de ganar.
“Yo lo que les recomiendo es que se informe sobre la oferta que hay. El Tribunal les va a ayudar en eso, pero si ninguna de las alternativas le gusta, bueno, el ciudadano debe de buscar constituir una alternativa”, dijo Román.
Entonces, si usted quiere formar parte de la democracia y escoger a quien dirigirá los destinos del país, ejerza su derecho a votar en las urnas.
Si quiere hacer diferencia debe ir a votar.