Mientras que el Congreso invierte 1750 colones en alimentación para cada diputado, durante las sesiones del Plenario Legislativo (3 horas), el jardín de niños de la Escuela Manuel Belgrano recibe 300 colones por cada uno de sus estudiantes.
Con esto tienen que financiar el almuerzo y la merienda de cada uno de los estudiantes, quienes, en muchos casos, la única comida que reciben es la del comedor.
Además, el Programa de Alimentación y Nutrición (Panea) les gira el presupuesto no para los 106 estudiantes, sino solo para 97, por lo que en algunos casos los fondos no son suficientes.
“Hay niños que lastimosamente la única comida que reciben es la que se les da en el comedor, entonces, pese a que se les da bastante, a veces repiten, entonces esos 300 colones se van reduciendo y a veces tenemos que dividirlos hasta en tres chiquitos”, comentó Susana Delgado, directora del centro educativo.
El menú de los pequeños de esta semana ha sido el siguiente: el lunes arroz con atún, el martes shop suey, el miércoles lentejas con arroz, el jueves arroz, frijoles y huevo “pateado” y el viernes sopa de pollo.
Entre las carencias con las que cuenta el comedor se destaca el hecho de que la cocina no cumple con los requerimientos del Ministerio de Salud, por ser muy estrecha y estar separada del salón de la comida, que en realidad es un aula que se tuvo que adaptar.
Además, sufren con el hampa, que les roba practicamente todas las semanas.
En el otro lado de la acera está la Asamblea Legislativa, que destina 90 millones de colones al año solo en alimentación, de este presupuesto 20 millones de colones se gasta en las meriendas de los diputados para la hora del Plenario.
Crhoy.com ingresó al cafetín de la Asamblea Legislativa, donde la prensa tiene prohibido el paso y tampoco se permiten tomar fotografías, de que actualmente estudia el proyecto de presupuesto ordinario 2015. El diputado Ottón Solís propuso recortar toda la partida, pero su moción fue rechazada en la subcomisión de presupuesto.
Por cada diputado se gastan 1750 colones todos los días por sesión del Plenario y, pese a que en un inicio algunos diputados aseguraron que solo se les daba café y galletas, lo cierto es que reciben más que eso…
Los menús también cambian todos los días, pero diferente al caso de los estudiantes del kinder, ayer, por ejemplo, tenían a disposición de los congresistas un emparedado de jamón y queso, repostería, peras y sandía, galletas variadas, café (bebidas especiales, producidas en una máquina especial que adquirió el directorio en la administración anterior) y gaseosas.
Los platillos varían y en otras ocasiones pueden recibir picadillos, arroz con palmito, emparedados, frutas o repostería, según comentó el presidente de la Asamblea Legislativa Henry Mora.
Mora defendió el presupuesto invertido en alimentación y afirma que no se puede reducir en su totalidad.
“No es conveniente, porque aquí vienen 200 mil personas por año, como no va a tener uno un café o un té para darle a las personas, de esto solo la cuarta parte es del cafetín, el grueso se destina a fracciones, y a comisiones, no para el cafetín que es lo que se quiere hacer ver”, señaló Mora.
El director ejecutivo del Congreso Antonio Ayales, explicó que estiman cerca de 200 cesiones por año, a un costo de 100 mil sesiones por sesión y agregó que hay un proveedor contratado que es el que se encarga de preparar todos los alimentos.
Además, en varias comisiones, si la sesión dura toda la mañana y se extiende a la tarde se les da el almuerzo, igual pasa en las noches cuando se sesiona , o después de las 6: 00 p.m. se les da la cena.
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