El InBioparque se ubica en Santo Domingo de Heredia. Imagen tomada del Facebook del InBioparque
El verdor con que surgió el InbioParque en Santo Domingo de Heredia se tornó oscuro y hoy deudas por más de 100 millones de colones tienen ese parque ecológico a las puertas del cierre, el cual se hará efectivo a partir del próximo 31 de marzo.
El gobierno anterior compró los terrenos de ese sitio por un monto cercano a los 5 mil millones de colones para trasladar las oficinas del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac). Sin embargo, las autoridades actuales debieron asumir las repercusiones de esa transacción y ahora señalan que las cuantiosas deudas que mantiene la Asociación Instituto Nacional de Biodiversidad impiden postergar el contrato de uso temporal de ese centro.
Según Julio Jurado, director del Sinac, cuando la administración pasada negoció la compra del terreno, en la escritura el vendedor se comprometió a dejar las instalaciones libres de animales para el 31 de enero, lo cual para él supone escasas intenciones de que el InBioparque siguiera funcionando.
“Acordamos con el InBio el otorgamiento de un permiso de uso temporal, para que el parque siguiera funcionando mientras buscábamos un interesado en administrarlo por medio de un proceso de licitación. Ese permiso regía hasta el 31 de marzo, el InBio desgraciadamente incurrió en mora con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) en dos ocasiones. La primera vez se les dio un plazo para que se pusieran al día bajo la prevención de que si no lo hacían tenían que revocar el permiso”, indicó Jurado.
En esa primera ocasión se pusieron al día, pero en una segunda ya no pudieron poner en orden sus deudas con la CCSS y el Fondo de Asignaciones Familiares (Fodesaf). En el primer caso ascienden a los 74 millones de colones y en el segundo a más de 72 millones, según información constatada en los sitios web de esas entidades. En total, las deudas superan los 146 millones.
“No lograron ponerse al día, hubo que hacer una resolución cancelando el permiso de uso. En principio pensamos que ese permiso era una manera de tener funcionando el parque, con vistas al otorgamiento de una concesión (…) Podría haberse prorrogado hasta que estuviera listo lo de la concesión, ellos (InBioparque) presentaron una revocatoria que estamos analizando”, dijo el director, quien recordó que no pueden mantener permisos de usos a entidades privadas que adeudan a la seguridad social.
Panorama complejo
Deuda que apareció a nombre de la Asociación Instituto Nacional de Biodiversidad ante la CCSS. Captura de pantalla
El cierre sería temporal, mientras se prepara un cartel licitatorio para buscar administradores. La intención del Sinac es que quien asuma el parque mantenga la línea ambiental como propósito esencial y seguirán con el mantenimiento básico para evitar su deterioro.
Randall García, director del InBioparque, dijo que el cierre dejará unas 32 personas desempleadas y será necesario reubicar los animales que permanecen ahí actualmente. Explicó que la generación económica permite la sostenibilidad financiera en este momento y recalcó que asumen con dolor este nuevo panorama.
“En este momento la operación es sostenible, lo que genera cubre la operación y la decisión en este momento no es financiera (…) Hubiera sido esperable que se propusiera ampliar el permiso de uso que teníamos. Al gobierno le sale más caro tenerlo cerrado que abierto, porque mientras nosotros le damos mantenimiento”, indicó García.
Desconocen cuánto costará la liquidación de los 32 empleados. De momento, los animales serán reubicados mediante el visto bueno del Sinac. “Hicimos un plan de reubicación presentado en junio pasado, que nos pidieron actualizar porque el cierre es inminente”, subrayó.
El 31 de marzo será el último día de atención al público, posteriormente se retirará el equipo inmobiliario de la entidad y se reubicarán los animales. Cabe resaltar que el Instituto Nacional de Biodiversidad (InBio) seguirá trabajando.
“Sin el debido mantenimiento el bosque va a cambiar mucho, tenemos un pedazo de bosque húmedo del atlántico, un pedazo de bosque seco de Guanacaste y otro del valle Central. Si no se le da el mantenimiento se volverá homogéneo”, finalizó el director.