
El Banhvi aplica un reajuste a las entidades con base en el puntaje que reciben. (Imagen con fines ilustrativos de proyecto en Sarapiquí / Comunicaciones Banhvi)
Las autoridades, los opositores y la ciudadanía que clama por una casa digna reconocen que el Sistema Financiero Nacional para la Vivienda es lento y se entraba. Mucho de ese dilema está en el largo proceso para otorgar bonos de vivienda y construir proyectos.
El Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) analiza la eficiencia de las entidades autorizadas para tramitar y entregar los recursos de los cuales dispone la entidad. Se basa en tres criterios y asigna un puntaje.
A partir de esa calificación, “castiga” rebajando un monto del presupuesto para el siguiente periodo. Esa cantidad se reajusta con criterios de la Gerencia y puede incluso volver a asignarse a la misma entidad, si trabaja con proyectos grandes y prioritarios.
- Revisión de expedientes: errores que causan reprocesos
- Tiempo que tardan en formalizar con el usuario después de que el bono se emite
- Tiempo que tarda en liquidar el bono
A la hora de distribuir todo el presupuesto del Fondo de Subsidios para la Vivienda (Fosuvi) se analiza la participación de las más de 20 entidades en los dos últimos años y se determina su porcentaje de participación en la entrega de bonos.
Con base en ese ponderado (por ejemplo, que una mutual tramitara 1.000 de 10.000 bonos, tiene el 10% de los recursos) se define cuánto del presupuesto se le entrega.
El subgerente de Operaciones, Juan de Dios Rojas, explicó que a partir de la “nota” obtenida por la entidad se le rebaja la diferencia. Es decir, si una cooperativa obtuvo un 80, se le rebaja un 20% (si tenía ¢6.000 millones se le “castiga” con ¢1.200 millones).
crhoy.com consultó por los datos de los últimos cinco años en torno a esta revisión que realiza el Banco y que según su Unidad de Riesgos le costó ¢35 millones en reprocesos por errores de las entidades, el año pasado. Así se ve la evolución de sus calificaciones, que es la misma en los dos tipos de bonos del Fosuvi (ordinario y artículo 59).
Se tomó las siete empresas que más participación tenían en el sistema en el 2010. Además se debe hacer la aclaración que la caída en la calificación de Banco Promérica coincide con su gradual salida de participar en la colocación de bonos (pasó de 11,4% en el 2010 a 0% en el 2014), como se verá al final de la nota.
El reajuste del dinero

El Banhvi reduce los presupuestos a las entidades que fallan. (Imagen cortesía de Comunicaciones del Banhvi)
Juan de Dios Rojas detalló que el reajuste total que se “quita” a las entidades se reparte. La mitad se hace con criterio gerencial: en entidades nuevas (usualmente poco), entes especializados en temas concretos y otros con proyectos en propiedades del Banhvi.
La segunda mitad del reajuste se aplica en incentivos a entidades autorizadas que participan en programas prioritarios: indígenas, adultos mayores, discapacidad, bono diferido, vivienda vertical y ahorro, bono y crédito (ABC, para clase media).
Después ese análisis financiero se aprueba en la junta directiva, pero el Subgerente recalcó que el presupuesto también varía de forma dinámica.
El análisis del trabajo de las entidades se hace en julio, cuando se define el presupuesto del próximo ciclo, con base en los dos años fiscales anteriores.
El Subgerente considera que la calificación ha subido, aunque los números no reflejan un aumento constante y priorizó los diálogos.
La cuestión es que al distribuirse el reajuste puede volver a las entidades, pues aunque sea les “castigue” manejan programas sustantivos, de emergencia o erradicación de tugurios. Según el Banhvi es casi imposible sacar 100, por la dinámica del sistema financiero.
Para el presupuesto del 2015 se reajustaron ¢11.945. Las entidades proyectadas con mayor peso en el Sistema son Grupo Mutual, la cual tiene un notable aumento en el último lustro.
Le siguen Coopealianza, Mutual Cartago, Fundación Costa Rica-Canadá, Coopeservidores y el INVU. Como se mencionó anteriormente, Promérica cesó de recibir recursos para bonos, mientras que otras como Coocique y Coopenae aumentaron en participación. El presupuesto para el bono ordinario fue de ¢54.136 millones para este año.