Privilegios triplican, en muchos casos, los salarios base de los funcionarios de Japdeva

Imagen con fines ilustrativos. Foto cortesía de Japdeva/Archivo CRH

Los salarios de los más de 1 500 funcionarios de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) crecen tres y hasta cuatro veces por encima de su salario base debido a los privilegios pactados, muchos mediante la convención colectiva.

Si se toma en cuenta la planilla de julio de este año, se ve que de salario base, cinco personas ganan más de ¢1 millón; y cuatro personas ¢2 millones, incluida la presidente ejecutiva cuyo salario es de ¢2 756 401. Sin embargo, los funcionarios reciben hasta tres o cuatro veces más cuando se suman los privilegios, que cambian por completo las cifras: 271 empleados reciben más de ¢1 millón; 38, más de ¢2 millones, mientras que 19 reportan salarios de más de ¢3 millones.

Estos salarios no incluyen la totalidad de horas extra para este mes que todavía no ha concluido.

Recientemente, el diputado Otto Guevara difundió los salarios de Japdeva reportados a la Caja Costarricense del Seguro Social (Ccss) en mayo de este año y hay diferencias con respecto a la planilla que ofreció la institución a este medio. Durante este mes, se reportaron 411 funcionarios que ganaron más de ¢1 millón, 83, más de ¢2 millones; 21, más de ¢3 millones; 3, más de ¢4 millones; y dos con más ¢5 millones y ¢6 millones.

Las diferencias de los salarios base son, según la presidente, Ann McKinley, por el pago de rubros reconocidos en la convención colectiva tal como horas extras ilimitadas, arraigo (30% del salario base), dedicación exclusiva, anualidades, vacaciones, bonificación del rendimiento portuario, carrera portuaria, cambio de turno, entre otros privilegios.

Según la presidente, las diferencias entre planillas de mayo y julio corresponde a ajustes que se hicieron en mayo en reconocimiento de anualidades o pagos atrasados.

En Japdeva, un conductor que transporta a los guardas de seguridad del sitio de trabajo hasta la casa, ganó en mayo el doble de horas extra que su salario base que es de casi 400 mil colones. Este funcionario recibió en ese mes ¢1.5 millones porque entre otros beneficios, recibió ¢250 mil colones por sus 32 años de servicio.

McKinley explicó que en este caso, el funcionario debe esperar que los turnos de 12 horas de los guardas se terminen, pero su jornada es de 8 horas, por lo que la cantidad de extras corresponden a esa espera; y destacó que es más barato pagar esas horas extra que contratar a otro funcionario.

También es el caso del jefe de comunicación, cuyo salario base es de ¢977 mil, pero recibe ¢3.5 millones por 33 años de servicio.

Convenciones en negociación

De acuerdo con la presidente, se está renegociando la convención colectiva que carga la planilla de beneficios.

Por ejemplo, McKinley asegura que para la coyuntura actual, el pago del 30% por arraigo a profesionales no es necesario. Este incentivo se paga para que los profesionales no se queden en su sitio de estudio, sino que regresen a Limón a trabajar para Japdeva.

Sin embargo, la presidente está consciente que cualquier cambio a la convención no se podrá aplicar a los colaboradores actuales, sino que será solo para los nuevos ingresos.

En cuanto al actuar de los sindicatos, McKinley manifestó que estos grupos han actuado al ritmo que la misma administración, que no supo negociar en su momento los beneficios de las convenciones colectivas y cedieron, acumulando pluses año con año.

También manifestó que estos salarios no se pueden comparar con cualquier otro porque son “oficios técnicos específicos” que conllevan riesgos en algunos casos.