Encuestas versus votación del 2 de febrero. CRH.
“Dijeron que no creceríamos y crecimos”, dijo Luis Guillermo Solís, candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC) quién logró un 31% de los votos de las elecciones de este domingo, superando a Johnny Araya, candidato liberacionista que solía liderar las encuestas de este proceso electoral.
Los últimos resultados de las encuestas de Unimer, Cid Gallup y del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (Ciep), realizadas en enero de este año, reflejaron una intención distinta a la que se vivió este domingo.
Ninguna posicionó a Solís en primero o segundo lugar; tampoco obtenía los resultados que al final logró el candidato de Acción Ciudadana.
Lo que sí indicaban las encuestas es que ninguno alcanzaría el 40%, que habría segunda ronda, pero que Solís no participaría.
Otros candidatos tuvieron mejor reflejo en las encuestas, uno de ellos es Otto Guevara con un 20,2%, y quién obtuvo un empate técnico junto a Araya y al candidato del Frente Amplio, José María Villalta, en la última encuesta de Unimer realizada el 12 de enero.
Pero Guevara no logró en las elecciones esos porcentajes, tan solo obtuvo el 11%, ubicándose en un cuarto lugar. Villalta, el candidato que inclusive tuvo un empate técnico en una de las encuestas con 22,5%, logró el día “E” un poco más del 14%.
Las encuestas expuestas a cuestionamientos
Los usuarios de redes sociales lo mencionaban una y otra vez al ver los resultados que arrojó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) este domingo: las encuestas se habían equivocado para ellos, y solo los partidarios y el mismo PAC lo venían venir.
A esto se suma que la última encuesta de Unimer no fue revelada por el periódico La Nación, lo que generó dudas sobre esos posibles resultados. Cabe destacar que esta no es la primera vez que el PAC se queda en desventaja en estas consultas de carácter científico, así pasó en el 2010.
Por estos resultados, analistas políticos concuerdan que el desprestigio ante la sociedad es una realidad, pero que es necesario un análisis más riguroso de la herramienta científica.
El politólogo Rotsay Rosales cree necesario replantear la metodología de la realización de las encuestas, pues están generando desconfianza en cuanto a su capacidad predictiva.
La misma observación la realizó la Misión de Observadores Internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el informe sobre el proceso electoral en el país.
“No estamos cuestionando las encuestas […] sugerimos que el Tribunal Supremo de Elecciones pueda, con un grupo científico y especializado, determinar una metodología base de información y sustento académico y científico para su aplicación”, explicó Josefina Vázquez Mota, jefa de misión.
Es por eso que la defensa de las encuestadoras al decir que los resultados son una “fotografía del momento” hay que tomárselo por lo que es, y que electores no deberían valorar únicamente los resultados de las encuestas para tomar una decisión.
El analista José Carlos Chinchilla agrega que más que un asunto credibilidad hay un sentimiento de engaño.
En el análisis de los politólogos, existe una posibilidad de que los indecisos dieran el giro a los resultados de este domingo, y de allí las diferencias entre encuestas.
El Ciep se sacudió de las críticas. Monserrat Alvarado, de ese Centro, señaló que las encuestas que ellos realizaban incluyeron a los indecisos y por eso los porcentajes tan bajos que se reflejan en sus resultados.
El representante de Unimer, Carlos Paniagua, aclara a quienes toman referencia de las encuestas, que estas solo determinan tendencias y así lo acertaron, según él, en estas elecciones.
Las más evidentes: que la izquierda crecía y que habría segunda ronda.
Para Paniagua ese es el propósito de las encuestas y por ello no es válido desacreditar su existencia. Pero para los partidos políticos las encuestas sí son determinantes desde un punto de vista de su financiamiento, pues los bancos las utilizan para prestarles dinero para su campaña, lo que no dio ventajas a algunas agrupaciones, excepto a quien supuestamente lideraba las intenciones de voto.
Rosales aseguró que las entidades financieras deben usarlas, pues no existe otro instrumento científico para hacerlo.