Daniela Veruuzka Rodríguez no calza en el perfil “tradicional” de los refugiados con familiares, hijos o pareja que huyen de su país, por problemas sociales, políticos, económicos o persecuciones. Ella emigró de Venezuela sola, de 20 años, aún estudiante, sin empleo y poco ahorros.
Como estudiante de desarrollo humano en la universidad, protestó contra el régimen que instauró Hugo Chávez y perpetua Nicolás Maduro. Reclamaron contra cierres de la educación, la inseguridad, la falta de productos y servicios. Esto les trajo persecución y hasta amenazas.
Según relató su padre, en una oportunidad en el colegio toda su clase obtuvo una beca. Pero Daniela no. Según infirió una docente fue porque la madre había votado para el candidato rival de Maduro…¿Cómo se dieron cuenta? “Allá ellos lo controlan”, recordó con lamento.
Cuando Henrique Capriles se enfrentó a Maduro en abril del 2013, pero perdió por poco margen en las elecciones. Entre acusaciones de fraude; militares en la calle y amenazas a opositores, la joven decidió. Protestó más y meses después tomó un avión rumbo a Costa Rica.
Miedo, nostalgia y esperanza
Daniela sabe que dejó mucho atrás, como el crecimiento de su hermano de 11 años y el matrimonio de otro. Esta semana disfruta con su madre, a quien no veía desde hace varios años. Más allá de los sentimientos, sigue convencida de su decisión, una que tomó aunque se confiesa “débil”, pero decidida.
De Costa Rica investigó la estabilidad política y democrática, la cercanía de América y el nivel educativo. Además encontró una larga trayectoria en derechos humanos. Pero aún aquí vive una sensación de miedo que no logra explicar, que aún la hace saltar con un temblor, ante el recuerdo de un allanamiento o un secuestro…
En las oficinas de Migración encontró que calzaba como refugiada, estatus que obtuvo tras un año. Sabe que es distinta en su perfil, pero lo reivindica, como cuando participó en la campaña llamada “Ser refugiado es como ser tico”.
Además resalta que en suelo tico puede lograr cambios sociales. Tanto locales como para su país. Recientemente organizó una recolecta de medicamentos y fondos para Venezuela. Hogareña, firme y valiente, Daniela mira con tristeza el pasado que perdió; lamenta que su país “tocó más fondo”, pero trabaja por marcar su destino y algún día reunirse con toda su familia.
Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados.
Reconocimientos han bajado, predominan colombianos y salvadoreños
Según los datos consultados por crhoy.com a la Dirección General de Migración y Extranjería, hasta julio de este año se han recibido 1.013 solicitudes de refugio.
Como ha sido la tendencia Colombia liderada como el país con más ciudadanos que hacen la petición (356), seguido de El Salvador (352), Venezuela (116) y Cuba (69). Fuera del continente también llegaron gestiones, con 19 de nepalíes, cinco ghaneses y tres ucranianos.
Igualmente los datos muestran que los reconocimientos de refugio que aprueban las autoridades mantienen una tendencia a la baja, luego de cifras arriba de más de 1.000 y 2.000 vistos buenos a inicios del siglo.
Trámite por una nueva vida
Sin embargo tras la entrada en operación regular del Tribunal Administrativo Migratorio, el proceso se mejoró, aunque siguen habiendo limitantes. En el 2014 se estudiaron cientos de apelaciones. Mientras las autoridades reconocieron casi 13.000 refugiados en suelo nacional hace más de tres años, hoy se cuentan por casi 3.500.
Lea “Solicitudes de refugio saturan y desbordan al Estado, que responde a destiempo”.
Y también vea cómo estuvo el año pasado en “Tribunal Administrativo Migratorio duplicó resoluciones, pero aún hay pendiente de 1.000 casos”.
A inicios de año el sector comercial y organizaciones no gubernamentales anunciaron que apoyarían la contratación de trabajadores refugiados. Igualmente las autoridades lanzaron una campaña llamada “Ser refugiado es como ser tico” para crear conciencia en torno a esta población.
Ante la creciente migración y cantidad refugiados, la Organización de las Naciones Unidas ha pedido mayor tolerancia y humanidad a las naciones desarrolladas o en vías de desarrollo, que buscan los migrantes.