Elegantes trajes con sombrero eran la moda para los caballeros, señoritas con vestidos llenos de encaje y delicados detalles; una sociedad muy conservadora y un Estado que apenas estaba naciendo eran la realidad de los costarricenses de la década de los 30, en el Siglo XIX.
Hoy las cosas son muy diferentes; la moda cambió, la tecnología se apodera de nuestra vida y los problemas sociales crecen cada día. Pero se ha preguntado usted, de qué se quejaban nuestros antepasados en el siglo XIX. ¿Serían problemas más simples? ¿Habría corrupción en el siglo XIX cuando Costa Rica daba los primeros pasos como República?. Quizá no puede obtener una respuesta directa, pero hay evidencia que los costarricenses de ayer no eran tan distintos a los de hoy en día.
El libro más antiguo que resguarda la Biblioteca Nacional data del 15 de enero de 1836, bajo el nombre de “Documentos para escribir la historia de la revolución de Costa Rica, que estalló en fin de septiembre del año de 1835 copiados por un costarricense de los originales, que obran en el Archivo del Gobierno”, y ahí se reflejan muchas similitudes que podrían interpretarse como un presagio de lo que estamos viviendo ahora.
En la actualidad, los ticos nos quejamos por corrupción en el gobierno, una mala administración de la presidenta Laura Chinchilla, largas filas en instituciones públicas que son atendidas por empleados desmotivados, o simplemente nadie cree en los políticos de turno, como una parte de la realidad que vivimos los ciudadanos de nuestro país.
En la página 7 del texto deteriorado por el paso de 178 años de historia, pero digitalizado y disponible en el sitio web del Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), se puede leer, con una particular redacción y algunas faltas de ortografía, frases que no nos son tan ajenas.
“¿Qué es Costa Rica? Es un Estado llamado a ser feliz por su naturaleza, y el más desgraciado por su administración. ¿De dónde viene la desgracia de ser mal administrado? Primero de la adopción de un sistema impracticable, que pide una multitud de funcionarios para que ninguno lo sea; esto es, que muchos hombres tienen empleo, y todos los empleos están sin hombres”, es parte del antiguo texto impreso por la Imprenta La Paz.

En uno de los párrafos, queda en evidencia muchas similitudes del descontento del pueblo de ese entonces, al igual que en la actualidad. CRH.
Historia no es tan ajena a la realidad
Para el historiado Vladimir de la Cruz, hay que respetar las distancias y los contextos históricos, pero sin duda las críticas al estado burocrático estatal no faltaron, y desde entonces la gente trataba de agarrar para su saco en vez de pensar en la función de servirle a la sociedad y los ciudadanos.
“Si esta situación se reflejaba en 1835, lo que vamos a tener posteriormente es una evolución de los mismos males, y a medida que se va desarrollando el Estado, se van incrementando los funcionarios y probablemente sus vicios de origen se incrementen en la misma proporción, con los mismos efecto en la sociedad y en los ciudadanos, donde en algunos momentos se hace más visible y en otros menos, en algunos momentos la crítica es más aguda y en otros menos”, comentó el historiador y político.
Por su parte, el sociólogo y académico de la Universidad de Costa Rica, Arnoldo Mendoza, citó una popular frase que indica que “No hay nada nuevo bajo el Sol”, debido a que hay situaciones que si bien se deben guardar las distancias históricas, no son realidades tan diferentes.
“La burocratización de los procesos es un mal endémico que aunque pareciera repartirse no es igual porque hay que mantener las distancias históricas, pero si es una situación que se ha venido presentando desde el inicio de nuestra historia”, comentó el sociólogo.
Olga Rodríguez, directora del Sinabi explicó que este texto lo conoció cuando empezó su gestión hace cuatro años en la entidad cultural y captó de inmediato su atención debido a la capacidad de descripción de la realidad que vive el país, pero ahora en el Siglo XXI.
“Este primer libro que tenemos en la Biblioteca Nacional es de 1836 y refleja que Costa Rica es el país más feliz, pero el más desgraciado en su administración. ¡Por Dios! Significa que siempre hemos sido los mismos, y si alguien en esa época escribió ese malestar, hoy seguimos siendo los mismos y sufriendo los mismos problemas”, destacó Rodríguez.
Si quiere conocer el texto completo puede ingresar a www.sibani.go.cr