El magistrado Óscar González prometió ayudar laboralmente a la exjueza, Priscilla Quirós, a cambio de tener relaciones sexuales, según se desprende de los hechos probados que tuvo el Órgano Instructor Disciplinario del Procedimiento Administrativo, en su informe presentado a la Corte Plena el 6 de mayo del 2013.
En dicha acta, número 546-2013, que fue declarada como secreta, se conoció el resultado de la investigación realizada por los magistrados Jesús Ramírez y Doris Arias, de la Sala Tercera, luego de que Quirós presentara una acusación contra González por hostigamiento sexual.
En esa sesión, luego de ocho horas y 36 votaciones, los magistrados recomendaron la revocatoria del nombramiento de González y trasladó el caso a la Asamblea Legislativa. Actualmente la Asamblea, luego de dos fallos de la Sala Constitucional, deberá conocer el proceso contra el magistrado de la Sala Primera y tomar una decisión.
Todo empezó un 7 de setiembre
En el punto 6 de los hechos probados por el Órgano Instructor se indica como el inicio del hostigamiento sexual el 7 de setiembre del 2012.
Ese día González realizó varias llamadas al teléfono celular de la ofendida, tres de las cuales fueron contestadas.
La primera fue hecha a las 7:37 p. m. con una duración de 14 segundos, la segunda a las 11:26 p. m. con una duración de 42 segundos y una tercera, a las 22:33 p. m. con una duración de 43 minutos.
“…Siendo que, en dicha conversación, el investigado le dijo a la agraviada que quería salir con ella para tener relaciones sexuales, prometiendo ayudarla a nivel laboral, a lo que la ofendida le dejó claro que no quería retomar la relación de pareja ….”.
Según los magistrados Ramírez y Arias, González se presentó ese mismo día, en horas laborales, en la oficina de Quirós, en el Segundo Circuito Judicial de San José, “…enfatizándole que de nuevo era el Presidente de la Comisión de la Jurisdicción Contencioso Administrativa a la que pertenece la denunciante, preguntándole su parecer al respecto y solicitándole que requería sus números de teléfono afirmándole que entendía que ya no tenía ‘prohibición’ para llamarla…”.
Sin embargo, cuatro día después, el acusado llamó a la extensión (…) de la oficina de la ofendida “…y, nuevamente ella, en forma enfática, le dijo que no quería recibir más comunicaciones, ni tener ninguna relación con el denunciado, el cual contestó que trataría pero que no le prometía nada…”.
Magistrados dividieron caso en dos etapas
El Órgano Instructor Disciplinario en el capítulo VIII denominado Fondo del Asunto divide el caso en dos etapas.
La primera la ubica entre 2001-2009 y según la explicación que brinda consiste en el período en que Quirós, en aquel momento de 27 años, y el magistrado González, de 40, se conocen cuando ella era alumna del grado de licenciatura en la Universidad Federada Santo Tomás, donde él era profesor.
En ese momento, indica el documento inician juntos una relación de pareja con períodos de interrupción.
“…En esta primera etapa, ocurrieron actos de violencia escalada, física y psicológica, hacia la ofendida por parte del acusado. Concretamente: la golpeaba contra la pared, contra la cama, le propinaba mordiscos, insistencia por tener relaciones (…) con ella; a veces era obligada a mantener relaciones sexuales como “castigo” o contra su voluntad; era él quien decidía cuando comenzaba y cuando terminaba la relación entre ambos…”.
Según los magistrados Ramírez y Arias este panorama resulta esencial, decisivo e influyente para la siguiente etapa pues la serie de actos agresivos perpetrados por el investigado que narró la ofendida demostraron que el investigado tenía un rol hegemónico de supremacía sobre ella.
La segunda etapa comprende del 2011 al 2012 ya que en el 2009 ella termina la relación con González, según explicó el Órgano Disciplinario.
Incluso, determinó la investigación, que ante la ruptura ese año, se vio obligada a cambiar de trabajo para mejorar su estado emocional pues estaba recibiendo un tratamiento terapéutico y farmacológico.
“…En abril del año 2011 ella regresa a laborar al Poder Judicial, como Jueza de lo Contencioso Administrativo en calidad de suplente. En ese año, el acusado insistió en retomar la relación con la denunciante siendo que, ante su negativa, el acusado adoptó una actitud agresiva y amenazante, tanto a nivel personal como laboral…”