Como para que no se le olvide a él de dónde viene, Luis Guillermo Solís insistió en su primer discurso como Presidente de la República en hacer un llamado a la humildad, al respeto de la democracia y a no perder el norte en su misión por cumplir con el mandato del pueblo.
Solís pidió a los costarricenses lo que ya había dicho el pasado 6 de abril: “Reitero con respeto y sinceridad, cuando me equivoque, corríjanme. Cuando me pierda, búsquenme”.
Habló además del eficiente manejo de los asuntos públicos, del deseo de los costarricenses de tener trabajo digno, una sociedad de oportunidades y de respeto. “Recibo esta banda presidencial con humildad y consciencia plena de su responsabilidad con la patria y con la historia”, dijo bajo el sol de medio día, tras haber jurado respetar la banda presidencial que le fue colocada a las 11:47 a.m.
Sus primeras palabras fueron un llamado al diálogo, “con espíritu ecuménico, tolerante y respetuoso que caracteriza a la Costa Rica de nuestros días”.
“Tan corrupto es quien roba los recursos del Estado como quien no los administra”, sentenció.
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