Imagen tomada de Internet, ilustrativa
Que un hombre le diga a su pareja sentimental “inútil”, “tonta”, “prostituta”, entre otras palabras peyorativas, está estipulado como violencia emocional en la Ley de Penalización de la Violencia Contra la Mujer. En el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) aseguran que es muy común recibir casos de este tipo, con víctimas que terminan denunciando a sus cónyuges. Sin embargo, los procesos judiciales no avanzan como deberían.
De acuerdo con Ana Hidalgo, coordinadora del Área de Violencia de la entidad, cuando se redactó la ley, lo que se buscaba era detener las primeras manifestaciones violentas para poner alto al patrón de agresión antes de que escalara en términos de afectación.
“Aunque hay condenas, son muy pocas porque la cantidad de mujeres que acuden para poner denuncias de violencia emocional, son muchísimas más las denuncias que las condenas, a pesar de que la idea nuestra era que hubiera mayor posibilidad de perseguir y sancionar esas conductas. Si el hombre está empezando a manifestar conductas violentas, de una vez se sanciona y uno pensaría que se detiene de manera temprana la violencia contra las mujeres (…) Es un número absolutamente ridículo en relación con la prevalencia”, afirmó Ana Hidalgo, coordinadora del Área de Violencia del Inamu.
Según las estadísticas del Poder Judicial, en el 2012 se condenó a cuatro personas por violencia emocional, pero esa cifra no es para nada alentadora, porque eso significa que no se tienen los insumos suficientes para demostrar violencia emocional contra una mujer.
La Ley de Penalización contra la violencia doméstica aún tiene algunos vacíos para proteger a las mujeres.CRH
Cuando una mujer denuncia a su pareja por violencia emocional, debe tomar en cuenta las pruebas que lo respalden, porque en un juicio es muy difícil determinar quién tiene la razón si no se tienen testigos ni pruebas, y termina dificultando el proceso, por eso es que muchos casos no quedan registrados en las estadísticas judiciales.
“Los casos que las mujeres denuncian no encuentran camino en la vía penal. Muchas veces no es que las mujeres tienen miedo, el problema es que el sistema de justicia no les responde a las mujeres porque hay un problema probatorio, si te dicen malas palabras, generalmente no te lo están diciendo en público, sino donde nadie más escuche, al final de cuentas, el sistema no busca la forma para garantizar tener algún tipo de prueba o hacer alguna evaluación de la emocionalidad o la afectación que esa persona tiene para probar, nunca van a poder probarlo, eso es parte del problema, sino esa cifra sería mucho más alta. Estas cuatro para mí son una sorpresa que llegaran hasta el final”, dijo la coordinadora.
Hidalgo indicó que el primer límite es el respeto, cuando una pareja lo traspasa y se refieren uno al otro peyorativamente, hay que busca ayuda porque ya se trata de violencia emocional.
“Hay gente que se dice ‘maes’ entre ellos y no hay problema, el asunto es cuando las palabras que se usan para referirse al otro son de desvalorización, peyorativas, que tratan de herir a la persona en su estima personal, donde lo que se está buscando es que el otro se sienta mal, de eso es lo que se trata esa violencia emocional. Si se le dice a alguien que es una inútil, lo que le está diciendo es que no sirve para nada, que no tiene un lugar en el mundo, que nada de lo que hace sirve”,
Baja autoestima y depresiones constantes son consecuencia de violencia emocional
La coordinadora admite que cuando una mujer sufre de violencia emocional, tiende a tener muy baja autoestima, padecer depresiones constantes y desvalorizarse a sí misma.
“Nosotras formamos la imagen que tenemos de sí mismas en función de cómo nos ven los demás, creo mi identidad, quien soy, como un referente de mi relación con las otras personas y a mí me interesa que las otras personas me valoren como ser humano, mis cualidades. Si lo que recibo de la otra persona son solo mensajes negativos, que no me permiten reconocerme como una persona importante, voy a terminar pensando que eso es así”, explicó la funcionaria.
La coordinadora explicó que se puede tomar como violencia emocional cuando es reiterativa, si en un momento de cólera, la persona la arremetió contra su pareja pero después lo reconoció y pidió disculpas, se puede aceptar, pero puede ser un indicador de que algo no anda bien.
“Si fue una vez uno puede pensar que fue un momento de cólera, aunque yo diría que hay que ponerle ojo al asunto, ponerle un alto y decirle ‘a mí no me gusta que traten así’ y que no vuleva a pasar, tal vez una sola situación no es para decir que voy a aplicar la ley, porque el efecto es sobre una práctica sistemática de ese abuso, que se lo dice una vez, y a la semana otra vez (…) te dice idiota, pareces una vaca, no solamente tiene que ver con que sos torpe, muchas veces utilizan palabras como ‘estás gorda, pareces una chancha’, el objetivo de todas esas palabras es destruir, que la persona pueda determinar cuando está empezando a sentirse mal con esa conducta”, expresó la funcionaria.