Audición, memoria y corazón: los más afectados por la contaminación sónica

¿Le pasa que llega a su casa a descansar y no lo consigue? Si se siente ansioso, molesto o malhumorado y hasta duerme mal, una de las razones puede ser el ruido.

¿Cansado después del trabajo? Podría ser un síntoma de que el ruido lo afecta.

La contaminación sónica es uno de los mayores perjuicios para la salud de las personas. En un reportaje que publicamos el lunes de esta semana, José Alberto Araya, físico dedicado a la investigación de este tema, explicó que la exposición al ruido no termina cuando se llega a un lugar tranquilo, como la casa.

Alexander Parajeles, médico especialista en neurología de la Clínica Bíblica comentó además que no sólo el oído se afecta con el ruido excesivo.

“Sabemos que la contaminación sónica está asociada a la sordera. Pero también se viene hablando de las consecuencias del sonido a nivel cerebral, que no están directamente relacionados con los problemas del oído, eso va dependiendo del momento en el que uno está expuesto y de la edad, tiene ver con la naturaleza crónica de la exposición al sonido”, comentó el especialista.

¿Qué es lo que se ha demostrado?

La hipoacusia es una enfermedad que además de estar relacionada a infecciones, uso de ciertos medicamentos y en pocos casos a un mal congénito, es causada por la exposición a ruidos altos. Lo que sucede es que las terminales nerviosas de los oídos se dañan, dificultando o restringiéndolo de la escucha.

Parajeles detalló que en niños que vivieron por años cerca de aeropuertos (ejemplo de ruido máximo) experimentaron problemas de memoria y de la comprensión, es decir, dificultades relacionadas con el aprendizaje. Citó un estudio desarrollado en Múnich, Alemania, donde trasladaron un aeropuerto de lugar, el problema en los menores de la zona 1 (donde originalmente estaba el aeropuerto) se mitigó pero, en cuestión de dos años, los estudiantes de la zona 2 (sitio donde la terminal se trasladó) presentaron problemas de este tipo.

Imagen Ilustrativa.

“El ruido en forma general se considera un estresor para el ser humano, genera sustancias como las catecolaminas –hormonas del estrés- que interfieren en el niño en los procesos de memoria y comprensión y en adultos se ha relacionado más con el aumento de la presión arterial, lo que a su vez tiene que ver con el factor cardiovascular, con la circulación tanto del corazón como del cerebro”, explicó el médico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el oído humano pude tolerar 55 decibeles (dB) sin ningún daño.

Otras muestras del efecto del ruido en el organismo son:

• Dolor de cabeza
• Taquicardias
• Respiración agitada
• Parpadeos acelerados
• Músculos tensos

Por los decretos  28718-S, del año 2000, y 32692-S, del 2005, Costa Rica tiene límites de ruido establecidos para evitar la contaminación sónica por diferentes zonas.

Si el ruido sale de una zona residencial a la misma zona, lo máximo permitido que se pueden emitir son 65 dB de día y 45 dB de noche, si el ruido se expande hacia una zona comercial lo máximo son 65 dB de día y 55 de noche (tabla superior)

El decreto 28718-S establece que para hospitales, clínicas o tribunales de justicia el máximo de ruido debe ser 50 dB de día y de 45 dB de noche. Sin embargo, el XVIII Informe del Estado de la Nación determinó que en las salas de espera del Hospital San Juan de Dios para el 2011, los niveles sobrepasaban en 20 dB esos máximos.

Ese mismo informe detalla puntos moderados y severos de contaminación sónica en el Área Metropolitana. Zonas cercanas a la Universidad de Costa Rica, Zapote, Sabana Norte y Este son algunas de ellas.

La Ley de tránsito 9078 actual busca sancionar con 20 mil colones a los conductores que utilicen “la bocina a una distancia menor de cien metros de  hospitales, clínicas, iglesias y centros de enseñanza, siempre que en estos  últimos se estén desarrollando actividades” y a aquellos que “de forma abusiva otras señales sonoras sin causa justificada”.