Existe un método que le permite perder hasta cinco kilos por semana comiendo solo carnes grasosas, tocineta, huevo, queso, mantequilla, aceite de oliva, mayonesa y margarina; en fin, comidas grasosas. Se trata de la dieta cetogénica, que le ofrece a quienes se atreven a probarla resultados rápidos, que al término de dos semanas le permitirán perder entre 10 y 12 kilos, aproximadamente. Pero, ¿es recomendable ese método para su salud? ¿Cuáles son las consecuencias a mediano o largo plazo?
Fotografía tomada de: www.evisos.com.ar
La dieta cetogénica se basa en un tratamiento terapéutico que busca crear una cetosis en el cuerpo, es decir, un déficit en la cantidad de carbohidratos. Eso induce al organismo a obtener la energía a partir de la grasa corporal, y no de la glucosa como es normal. Generalmente, esta dieta es aplicada bajo un estricto control médico y durante un tiempo limitado, en personas con obesidad mórbida y que se someterán a una cirugía bariátrica.
Pero de este “mágico” método de alimentación se desprenden varios tipos, una de las más conocidas es la “Dieta de Atkins”, la cual se atribuye al cardiólogo estadounidense Robert C. Atkins, quien a inicios de los años ’70 fue cuestionado por la comunidad científica ante los supuestos peligros que podía tener este método basado en grasas y proteínas.
¿Cómo se utiliza?
Según explicó Yirlani Garita, fiscal del Colegio de Nutricionistas de Costa Rica, hablar de una dieta cetogénica es una generalidad, ya que de ella se desprenden muchas dietas con distintos nombres. “Básicamente es una dieta alta en grasa y baja en carbohidratos. Podríamos decir como intermedia en proteína, lo que trata es sustituir el combustible del cuerpo, el cual es la glucosa que la conseguimos de los carbohidratos.”
Se divide en diferentes etapas, por lo general son cuatro. Casi siempre la primera etapa es de dos semanas y las otras, de tres semanas cada una.
Primera etapa: según indicó Garita, se prohíbe totalmente comer carbohidratos, es decir, harinas, alcohol, frutas, leche, salsa. Esto porque cuando se consumen carbohidratos el cuerpo absorbe la glucosa y parte de ella la utiliza como fuente de energía inmediata y otra la deja de reserva en los músculos o en el hígado. Entonces la primera semana de esta dieta trata de que el cuerpo gaste esos depósitos de glucógeno que están en el músculo y en el hígado. Se trata de empezar a sacar la grasa que está almacenada en el cuerpo.
Por tanto, se puede comer cuanto quiera durante el día de los alimentos permitidos: carnes, vegetales crudos y quesos.
Segunda etapa: en buena teoría el cuerpo debería empezar a funcionar bajo ese sistema. La segunda semana se basa en acostumbrar al cuerpo a vivir sin los carbohidratos, hay algunas variaciones entre las recomendaciones, por ejemplo, algunos indican que solo se deben hacer dos comidas al día (almuerzo y cena), de los alimentos permitidos, mientras que otras sugieren los mismos alimentos pero con el agregado de poder comer frutas.
Tercera etapa: en este momento se dice que puede haber perdido entre 10 y 15 kilos, aproximadamente. Aquí ya pueden incluirse en la alimentación pastas integrales, postres dietéticos, pan integral. Así también cada cinco días se puede romper la dieta comiendo lo que se guste.
En la última etapa: se hace una variación de cuatro días con dieta y cuatro sin ella, tres días con dieta y otros tres sin ella. Se dice que para entonces el cuerpo va a estar acostumbrado a comer de todo y solo hay que cuidar los excesos para no engordar.
La nutricionista explicó que en las primeras dos semanas se pueden bajar 12 kilos o más, en un promedio serían cinco kilos a la semana. Además la dieta prohíbe el ejercicio porque al realizarlo, lo que necesita es energía rápida que brinda el azúcar, pero en este caso no se está consumiendo nada de eso así que no es bueno ejercitarse.
Riesgos y contraindicaciones
El efecto de pérdida de peso es bastante fuerte, es bastante efectiva, sin embargo no necesariamente toda es pérdida en grasa corporal, hay quienes pierden además masa muscular. Esta dieta en muchas ocasiones se utiliza cuando una persona necesita una pérdida de peso rápida y drástica, nada más.
Imagen con fines ilustrativos. Tomada de Internet
Por su parte, Mauricio Quesada nutricionista de la Clínica Bíblica indicó que la dieta tiene un efecto rebote una vez que las personas dejan de usarla. Indicó que a nivel hospitalario se utiliza en pacientes con casos específicos por algunos medicamentos que utilizan, sobre todo personas epilépticas o que tienen un trastorno en el metabolismo.
Agregó que en algunos casos las personas que la extienden más de tres meses pueden presentar estreñimiento, exceso de proteína que aumenta ácido úrico, la gente se pone de mal humor, el cerebro y el sistema nervioso se alteran y las personas se ponen irritables.
“En lo personal no soy muy llevadera de esta dieta (…) quienes la defienden dicen que no hay estudios que demuestren los efectos negativos, pero puede generar colesterol y triglicéridos altos, problemas cardiovasculares, problemas a nivel de riñón y problemas a nivel de hígado. Sin embargo, esto depende de cada persona, hay quienes no desarrollan ningún tipo de problema”, indicó Yirlani Garita.
El mayor cuidado cuando se lleva esta dieta es que se debe buscar ayuda profesional cuando se quiere desligar de ella, porque a la hora de hacer el cambio, y volver a consumir carbohidratos el cuerpo va a tener una reacción tóxica.
Finalmente, Yancy Méndez, nutricionista del Hospital San Juan de Dios, aseguró que los nutricionistas no recomiendan ese tipo de dieta, ya que la ideal para lograr un peso ideal, es una alimentación integral que incluya todos los grupos de alimentos. Agregó que entre los efectos negativos están: mal aliento, orina con mal olor, náuseas, vómito, mareos y estreñimiento.