Que la familia de un donador cadavérico reciba un cuerpo sin piel es uno de los temores frecuentes e infundados que frenan la donación de tejidos al Banco Nacional de Piel, que es fundamental en épocas como la actual en que el año pasado finalizó con un récord en egresos hospitalarios por quemaduras.

Los parientes de quienes deciden donar muchas veces son los que se oponen. Imagen con fines ilustrativos.
“Hemos trabajado y hay bastante déficit en la cultura de donación. La gente aún no tiene claro, hay muchos mitos acerca de la donación que no son reales”, admitió la doctora Marlen Herrera, directora del Banco, que pese a estas trabas este año ha conseguido una reserva de 35 mil centímetros cuadrados, la mayor desde que se abrió sus puertas en junio del 2010.
“Muchas veces los familiares piensan que se va a quitar toda la piel del cadáver y no es así. Son zonas de la espalda y no es una capa muy gruesa la que se extrae. Se trata de una capa muy delgada, son décimas de pulgadas que se puede comparar con la capa externa de una cebolla”, explicó Herrera.
El temor aumenta cuando se trata de un donador multiorgánico. “Ya ha donado el corazón, los riñones, el hígado, entonces la familia donde mencionamos la piel dicen: “-pero, ¿qué nos van a entregar?”- Ese concepto es erróneo. Acá tratamos con mucho respeto el cuerpo y se trata como si fuera una cirugía”, afirmó.
Otro mito es que los parientes piensan que el proceso conlleva mucho tiempo. “Las autopsias ya por si duran un periodo de tiempo largo. Lo que piensan las personas es que después de la autopsia, todavía vendrá otro proceso y en realidad dura poco tiempo”, garantizó.
Herrera enfatizó que uno de los errores comunes lo comenten los donadores, quienes no comunican su decisión en vida. “Quienes hayan tomado la decisión se la deben comunicar a sus familiares porque son ellos los que nos darán el permiso de acuerdo con la Ley”, afirmó.
76 han acudido

La mayoría de los beneficiarios del Banco de Piel son menores de edad. (Foto tomada del Facebook Banco Nacional de Piel).
Desde que el banco abrió sus puertas ha beneficiado a 76 personas entre niños y adultos. De ese total, 31 beneficiarios corresponden a este año.
De esos 31, la mayoría son menores de edad y sólo el 10 por ciento corresponde a adultos.
“Este es un mes muy difícil en cuanto a que los niños están en casa de vacaciones y hay más accidentes, por eso nos preparamos junto a la unidad de quemados para eventuales emergencias”, afirmó Herrera.
Cada paciente se trata dependiendo de la gravedad de sus quemaduras. De acuerdo con la médico, mucho son atendidos en unidades periféricas y si el caso lo amerita se traslada a las dos unidades de quemados; es decir al Hospital San Juan de Dios o el Hospital Nacional de Niños. Primero se da la estabilización del paciente y en las primeras 24 a 48 horas se decide si requiere injerto de piel de cadavérico y cuántos se van a realizar.
El costo de ese proceso también dependerá de cuántos injertos necesite el paciente. Según Herrera, colocar una porción de un material sintético podrían alcanzar los mil dólares; y este material no da los beneficios que el injerto de piel.
“Es mucho el beneficio de un paciente de este tipo de tratamiento: evita infecciones, se estabiliza el paciente y se le da nutrientes porque la piel tiene vitalidad”, aseguró Herrera.
No todos pueden donar
La experta reconoció que hay personas que no podrán donar, como por ejemplo quienes padezcan alguna enfermedad de transmisión sexual, las personas mayores de 65 años, o quien sufra de infecciones en la piel.
“Nosotros requerimos muestra de sangre para descartar la donación. A veces aunque la familia acepte realizarla no podemos requerir de sangre; por ejemplo, si falleció en un accidente automovilístico y hubo pérdida masiva de sangre que no nos permita la muestra. Antes de tomar la piel, nosotros llenamos con la familia un cuestionario médico-social para detectar uno de estos problemas”, garantizó Herrera.