
En el país la brecha digital y estudios inconclusos les pasarán la factura a los jóvenes. Imagen tomada de www.bogota.gov.co
Nunca antes hubo 1.800 millones de personas jóvenes vivas en el mundo, según un informe realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Esto repercutirá profundamente en todos los aspectos de nuestro desarrollo y por tanto puede ser muy positivo si ellos logran desarrollar sus capacidades, si tienen acceso a la educación y la salud, incluida la salud sexual y reproductiva y encuentran oportunidades para cumplir sus expectativas vitales mediante, por ejemplo, empleos decentes.
Obstáculos en los jóvenes ticos
En Costa Rica el 52 % de las personas jóvenes entre los 15 y los 35 años trabajan, si se profundiza el dato en relación con el género, el porcentaje de hombres que laboran, casi duplica al de las mujeres.
Además, el estudio determina que las personas jóvenes siguen topándose con numerosos obstáculos que les impiden entrar en la edad adulta con seguridad y sumarse a la población activa.
En nuestro país más de la mitad de los jóvenes entre los 18 y los 24 años no ha finalizado su bachillerato de colegio y casi la cuarta parte cuenta sólo con estudios en primaria.
Las perspectivas de empleo son con frecuencia funestas, al no haber trabajo disponible o ser este de poca calidad, con lo que la crisis mundial de desempleo juvenil se agrava.
Más de 500 millones de jóvenes en el mundo tratan de sobrevivir con menos de dos dólares diarios, casi 1.100 colones y en Costa Rica no es la excepción.
“Es posible que muchos no logren escapar jamás de este nivel de pobreza. Una enorme brecha digital priva a jóvenes de los países pobres, del acceso a la tecnología, imprescindible en la economía moderna. En Costa Rica casi la mitad de las personas jóvenes no tienen acceso a internet en su vivienda,” destacan.
En cuanto a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, a nivel general, están bloqueados por las enormes deficiencias en cuanto a información y servicios. Las personas adolescentes, tienen menos acceso a los anticonceptivos y a las pruebas, el asesoramiento y la atención relacionados con el VIH.
Las costumbres de género penalizan a las mujeres jóvenes, a quienes niegan la igualdad de oportunidades en educación, empleo y atención médica, con lo que resultan más vulnerables a las violaciones de los derechos humanos.
Más educados y sanos, con fecundidad baja
Según este informe “El poder de 1800 millones… Adolescentes y Jóvenes”, todas las proyecciones prevén que la población de jóvenes seguirá creciendo hasta alcanzar su apogeo en los próximos años. Aquellos países que satisfagan las necesidades de las personas jóvenes en este periodo se encontrarán probablemente en una situación más favorable en la segunda mitad del siglo, al contar con una población más educada y sana, una fuerza laboral más productiva, una economía al alza y tasas de fecundidad más bajas.
“Quienes no presten atención a las juventudes pueden experimentar un incremento progresivo de la tasa de fecundidad y verse obligados a mantener a un elevado porcentaje de jóvenes y personas dependientes. La demanda de servicios de educación y salud, que ya resulta difícil de atender, seguirá creciendo. Una fuerza de trabajo poco calificada atrapará a las economías en actividades de escaso valor e índices de crecimiento anémicos,” señala el informe.