En el último mes, tres femicidios tuvieron como protagonistas a mujeres jóvenes, quienes perdieron su vida en manos de sus compañeros sentimentales.
Los casos de Yinette Salas, asesinada de un balazo el pasado 19 de enero en San Antonio de Escazú; la muerte de Raquel Arauz, de 18 años, ocurrida el pasado 6 de enero en Boca Vieja de Quepos y el crimen de Wendy Vannesa Ojeda Pastrán, de 14 años, perpetrado el 21 de diciembre del año pasado tuvieron un común denominador: sus parejas sentimentales figuraron como los principales sospechosos. En el caso de Araúz su compañero, también de 18 años, se suicidó tras el suceso.
“Hay una enorme preocupación de que las víctimas de violencia extrema sean mujeres jóvenes y que los perpetradores también sean hombres jóvenes. Siempre hemos señalado que se tratan de ejercicios de poder y control, abusivos, que son mucho más fácil de interiorizarlos cuando una persona está grande”, manifestó Alejandra Mora, Ministra de la Condición de la Mujer.
Datos proporcionados por la Sección de Estadística del Poder Judicial indican que durante el año pasado 28 mujeres fallecieron en estos hechos. En cuatro de ellos existía un antecedente por agresión y en cinco amenazas de muerte. También, en cuatro casos hubo una conducta posesiva del agresor y en cinco un ataque sexual, como detonantes de los crímenes.
“Cuando esto está apareciendo en poblaciones adolescentes, porque una persona de 18 años apenas está en la construcción de la identidad, realmente, nos tiene que llamar la atención y la preocupación. Se han comido el discurso del patriarcado sin cuestionarlo, en lugares donde estamos tratando de llevar señales que otro mundo es posible”, describió la funcionaria.
Datos del Poder Judicial manifiestan que entre 2004 y 2013 unas 80 mujeres de edades comprendidas entre los 18 y 29 años perdieron la vida en femicidios. En ese mismo período, fallecieron un total de 294 mujeres.
“A las jóvenes tenemos que hablarles de muchas cosas. En el caso de la joven de Quepos en su adolescencia tuvo un niño, que estuvo presente cuando se da el femicidio… Este es todo un tema, porque cuando las mujeres adolescentes ya se ven en el compromiso de una maternidad las posibilidades de decisión son mucho más difíciles”, apuntó Mora.
Los otros dos temas indicados son el asocio a drogas y bebidas alcohólicas, aunado al componente de salud sexual o reproductiva. “Los celos no son un elemento que nos pueda remitir una justificación; no son una cosa que debe halagar a las mujeres”, acotó la jerarca.
¿Cómo evitar los casos?
Galo Guerra, psicólogo del Instituto Conductual de Costa Rica, señaló que las cifras muestran que los adolescentes y adultos jóvenes no conocen herramientas para identificar a un potencial agresor u homicida. Además, señala que se está descuidado la inferencia de medios electrónicos o digitales para formar relaciones.
“Lo que ocurre es que los padres pueden ejercer algún grado de control, pero los excesos de control son limitados… Los adolescentes se están relacionando mucho más por medios cibernéticos y conocen a una potencial pareja por internet. Dentro de lo que es conocer a alguien por internet, ellos no saben ver características o señales de una personalidad agresiva y controladora”, puntualizó Guerra.
Guerra cree que los padres no están cumpliendo a cabalidad su responsabilidad con la revisión de lo que hacen sus hijos. A los jóvenes les recomendó echar mano de las habilidades para identificar cuando las situaciones se salen de tono y así buscar ayuda inmediatamente.