El PG Pailas fue uno de los financiados bajo arrendamiento operativo. Archivo CRH/ICE
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) tiene poco margen de acción para modificar los arrendamientos operativos de unos cuatro proyectos de generación energética que, según un análisis de la Intendencia de Energía de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep), fueron financiados a plazos muy cortos y con tasas implícitas altas.
Se trata de los proyectos Peñas Blancas, Cariblanco, Garabito y Pailas, cuyos arrendamientos operativos iniciaron entre setiembre de 2002 y octubre de 2011. Fueron arrendados en plazos comprendidos entre los 11 y los 12 años. En este grupo también figuraba el Proyecto Hidroeléctrico Toro 3, pero según funcionarios de la división financiera del ICE en este caso sí lograron hacer algunas modificaciones.
“En el momento en que se decide financiar ese proyecto, hay que tomar en cuenta las condiciones de mercado que tenemos. Los esquemas de arrendamiento se utilizaron en su momento porque el ICE tenía restricciones a la inversión en el endeudamiento y ese fue el mecanismo que pudimos utilizar para satisfacer la demanda de electricidad que había”, explicó Jesús Orozco, jefe de la división corporativa financiera del ICE.
Datos proporcionados por el ICE a Aresep, con fecha al 2013, indicaban que el instituto paga $ 5.230.000 (más de 2.500 millones de colones) como cuota mensual por el arrendamiento operativo del Proyecto Térmico Garabito.
“En el 2013 salimos a colocar en el mercado internacional $500 millones, de los cuales un 80% aproximadamente era para reestructurar deudas ¿Cuáles deudas? Estábamos valorando cuáles deudas que teníamos tenían plazos más cortos, andaban por los 10 años. Logramos ampliar plazos de 10 a 30 años”, citó Orozco, señalando algunas medidas tomadas recientemente.
¿Por qué es difícil renegociar?
Haga clic para ampliar. Fuente ICE/Aresep
En el ICE reconocen que esto tiene un impacto en las tarifas al consumidor. Dentro de la estructura de gastos de generación, el 21% obedece a la compra de combustibles, un 18% a las adquisiciones a generadores privados, un 17% a la depreciación de activos y otro 17% a alquileres o arrendamientos.
Sandra Gamboa, jefa de operaciones financieras del ICE, explicó que el instituto echó mano de estas alternativas porque en ese momento se estaba en la necesidad de garantizar el suministro energético del país con estos proyectos y así evitar racionamientos.
“Sobre estos (proyectos) no se ha realizado ningún cambio (…) Los recursos se consiguieron a través del mercado de valores, emitiendo bonos, ahí es más complicado porque la normativa que rige Mercado de Valores exige que para ir a negociar tengo que ir a preguntarle a cada uno de los tenedores de bonos”, expuso la funcionaria.
En el caso de Toro 3 los cambios fueron posibles ya que el fideicomiso se negoció con banca y se pudo ampliar el plazo, que en un principio se situaba sobre los 11.42 años.
Orozco insistió en que estos proyectos representan no más del 20% de la deuda total del sector eléctrico. Igualmente, no son reflejados a la deuda debido a que son arrendamientos operativos.
“Tampoco es que son los proyectos del sector eléctrico que tienen el mayor impacto dentro de la tarifa”, acotó el funcionario, quien dijo que se encuentran analizando constantemente medidas para lograr la eficiencia financiera.
El ICE trabaja también para concretar un financiamiento con el gobierno japonés para los proyectos geotérmicos Pailas II y Borinquen I. Las condiciones son buenas, con plazos a 40 años y con tasas de interés ventajosas para el instituto.