Teniendo cuatro nacientes de agua como su más preciado tesoro y un terreno relativamente grande, Porfirio Camacho, inició desde hace 16 años un pequeño negocio para vender trucha y gracias a esa experiencia se convirtió en el presidente de la Asociación de Productores Macizo de la Muerte.
En un acogedor local de madera, con paredes pintadas con paisajes, más de 100 personas llegan por semana saborean ese pescado originario de la costa oeste de Estados Unidos, cuyo rango de temperatura para cultivo se encuentra entre los 13 y 18 grados centígrados.
“Empezamos porque perdimos todo al dedicarnos a la producción de cabuya, pero sabíamos que teníamos cosas muy importantes: el agua, la asistencia del programa de reconversión productiva del Consejo Nacional de Producción (CNP) y la voluntad. De no haber dado el paso hacia el turismo rural ya nos dedicaríamos a otra cosa”, dijo.
Así como él, Costa Rica cuenta con 367 productores más, que producen 860 toneladas métricas, pero también tiene una producción de tilapia nada despreciable que supera las 26.261 toneladas métricas.
El país se convirtió antes del 2006 en el principal exportador de tilapia a Estados Unidos, sin embargo, según confirmó el biólogo, Álvaro Otarola Fallas, Honduras ganó la carrera, cuando en ese año un problema sanitario afectó la producción y cayó desproporcionadamente. Poco a poco se ha venido recuperando.
“Los productores pequeños han visto en las fincas integradas o lo que se conoce como el turismo rural comunitario una alternativa para sobrevivir”, destacó.
Otarola confirmó que el Incopesca les brinda asistencia técnica y les vende los alevines (semilla) pero que muchos no pueden hacer crecer su negocio porque no tienen suficiente agua o porque el costo de la tierra se ha vuelto muy caro.
Dichos problemas los enfrentan todos los productores, según aseguró Camacho, “hay un alto costo en sacar permisos, la corriente eléctrica es muy cara y existe demasiada tramitología para todo”.
El Incopesca cuenta con un Centro Truchícola, en Ojo de Agua de Dota, que se inauguró en febrero de 1988 y se construyó con la ayuda técnica y financiera de la Agencia Internacional para el Desarrollo (Cida) del Gobierno de Canadá.
Así como tres estaciones acuícolas, una en Cañas, Guanacaste, denominada Enrique Jiménez Núñez, Los Diamantes en La Rita de Guápiles y las Cuestillas en San Carlos.
Desde el punto de vista nutricional, ambos pescados tienen altas cantidades de potasio y fósforo y moderadas cantidades de sodio, magnesio y hierro.
Además, la tilapia es rica en Omega 3, ácidos grasos, una grasa saludable y contribuye a proteger el corazón, el cerebro y las articulaciones.
Incluso, según Otarola, “algunos estudios demuestran que puede ayudar a evitar los trastornos del humor como la depresión”.