Imagen con fines ilustrativos. Tomada del sitio www.eldiario.com/EFE
No hay que ir muy lejos, ni tampoco entrar en acaloradas discusiones políticas para concretar su aprobación. El uso de componentes cannabinoides de la planta de la marihuana con fines medicinales ya se da aquí y es un asunto viejo para algunos.
Son dos historias, muy diferentes, pero que llegan a un mismo punto. Tenemos a ‘Mónica’ y a ‘Javier’, quienes pidieron usar nombres ficticios por motivos de confidencialidad, pero que accedieron a adentrarnos en sus testimonios de vida y a cómo, según sus criterios, la cannabis con fines medicinales les ha permitido a ellos, o sus familiares, llevar una mejor vida.
‘Mónica’, una estadounidense radicada en Guanacaste desde hace 20 años, tiene una hija de 6, tica de nacimiento, que padece una enfermedad rara. Sus constantes ataques epilépticos pasaron por citas médicas y tratamientos ineficaces, hasta que llegaron a un aceite hecho a base de cannabinoides, producido en Colorado, Estados Unidos, y que varió el panorama de su pequeña hija.
“Tiene crisis y convulsiones desde los seis meses, tiene lisencefalia y la epilepsia es la principal causa en la enfermedad de ellos. Es un padecimiento que se da en uno de cada 150 mil partos (…) Pasamos varias veces en el hospital, probamos muchos medicamentos que no ayudaron. Tal vez, bajaron la intensidad, pero le pusieron una medicina con la cual no estaba alerta, ni sonreía”, narró la mujer.
Los efectos secundarios de los medicamentos preocupaban a ‘Mónica’ y su familia. “Siempre busco la calidad de vida de mi hija, cuando escuché la historia de una chiquita en Colorado, que tenía hasta 90 ataques por día, y que su madre probó un aceite que no tenía Tetrahidrocannabinol (THC), solo cannabinoides me emocioné (…) Conseguí, con mucha suerte este aceite de dos hermanos que lo hacen en Colorado, cuando empezamos a usarlo estuvimos cuatro meses sin crisis”.
La menor es alimentada por sonda, el aceite es mezclado en la comida y no presenta efectos secundarios. “Mi hija no está high (drogada), no está fumando, no está dormilona, está más activa y sonriente”.
Los médicos de la menor saben que sus padres optaron por ofrecerle este aceite, incluso le dieron ‘luz verde’.
“Empezó primer grado de la escuela; ir y estar con otros chiquitos, poner atención de lo que están haciendo es un milagro (…) Hace equinoterapia, en la piscina y le encanta estar con sus amiguitas. Me siento muy orgullosa de que mi hija sea así (…) Lloro por esto, hay otras mamás que sé que necesitan este aceite, son ticas y con niños. Nuestro mundo de niños con epilepsia es muy pequeño”, recalcó ‘Mónica’, quien dijo estar a favor de la validación de estos productos en el país.
Cannabis medicinal en Colorado
En 2014, el Estado recibió $30 millones por concepto de impuestos a asociado con el consumo medicinal
Oasis ante un tumor
‘Javier’, costarricense de 38 años, josefino y piloto comercial, fue diagnosticado hace ocho de un tumor benigno en el cerebro, ya se operó dos veces sin éxito y sus efectos le provocaron un adormecimiento parcial en el lado izquierdo de su cuerpo.
Tras pruebas y asesoramiento químico por parte de su padre, comenzó con la preparación de un aceite casero que, según su relato, le ha permitido recobrar muchas funciones. Por ejemplo, tras no disfrutar erecciones, asegura que el uso de este aceite le ayudó a recobrar su vida sexual.
“He buscado formas mejores de hacer las extracciones para el aceite; el problema en Costa Rica es que los híbridos o las variedades de plantas que ocupo no se consiguen en el país (…) Tenía problemas de disfunción eréctil, porque tenía la mitad del cuerpo adormecido, pero mi sistema nervioso comenzó a despertarse”, citó el adulto.
Dice estar de acuerdo con este tipo de iniciativas y señala que de haber conocido el aceite años atrás no se habría operado. “Lo que ocupan hacer es comenzar con matas o variedades que no tengan posibilidad de abuso, no a todo mundo le serviría pero sí ayudaría a reducir el nerviosismo de quienes temen un consumo abusivo”.
En el país la propuesta fue planteada por el diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC), Marvin Atencio, encontró un visto bueno de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pero no convence a otras entidades como el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (Iafa).