Los costarricenses son más propensos a cometer actos de corrupción, si su percepción de la corrupción en el país es más alta. Es la principal conclusión de una encuesta y serie de experimentos realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los autores realizaron un sondeo con preguntas para descubrir la voluntad de las personas a realizar un soborno a un oficial de tránsito. Lo hicieron de dos formas, primero con la pregunta unida a otra irrelevante, para percibir una reacción más sensible. Luego vino la pregunta directa.
El reporte Corruption as a Self-Fulfilling Prophecy: Evidence from a Survey Experiment in Costa Rica (Corrupción como una Profecía Autogratificante: Evidencia de un Experimento de Sondeo en Costa Rica) llegó a una conclusión afirmativa sobre como se comportan las personas.
Antes de las preguntas se presentaron como condicionales dos afiches, sobre el aumento en la percepción de corrupción y un dato negativo sobre la ineficiencia para capturar a delincuentes. Al grupo de control no se les mostró.
Los resultados indicaron que la proporción de los encuestados que recibieron el “tratamiento de la corrupción” y estarían dispuestos a sobornar al oficial fue de 0,35, mientras que en el grupo de control fue de 0,27.
“Por lo tanto, el efecto medio del tratamiento de la información acerca del creciente alcance de la corrupción fue de 0,08. Este es un efecto sustancialmente grande: la exposición al tratamiento de corrupción se estima que aumentará la proporción de encuestados dispuestos a sobornar en un 28%”, señaló el texto.
Claves sobre la reproducción de la corrupción
- La existencia de la corrupción desgasta mecanismos de sanción
- Esto si la probabilidad de detección se relaciona inversamente a la frecuencia del acto
- Corrupción corrompe al afectar los costos de búsqueda
- Entre más seguro está una parte (funcionario o empresa) de la corrupción del otro, menos costo tiene entrar en un acto corrupto.
- Educación en el hogar
- Se imitan comportamientos corruptos si les funcionó a vecinos o familiares en el pasado.
- Entrada a la función pública
- Si hay funcionarios y élite política corruptos, serán los deshonestos quienes busquen entrar.
Los autores concluyeron que es nueva evidencia en cuanto a que la corrupción corrompe. Sostuvieron que la exposición de los ciudadanos a la información sobre el creciente alcance de la corrupción en la sociedad los hizo individualmente más dispuestos a participar en actos de corrupción.
“Nuestro trabajo ofrece apoyo empírico (…) que el fenómeno se caracteriza por las complementariedades estratégicas entre los agentes económicos, un estado de cosas que implica que los múltiples y estables regímenes de corrupción pueden ser factibles para un determinado sistema de gobierno en un momento dado”, aseguraron.
Estos fueron los afiches mostrados.
¿Cómo se realizó?
Los investigadores utilizaron el llamado crosswise model, presentando la pregunta delicada sobre el tema de sobornos, al lado de una sin mayor riesgo o relevancia como saber el mes de nacimiento de la madre.
Una de las interrogantes se planteó así: “¿Cuál de las siguientes afirmaciones son ciertas¨? – Mi madre nació en OCTUBRE, NOVIEMBRE O DICIEMBRE. – Para evitar pagar una multa de tráfico, estoy dispuesto a pagar un soborno a un oficial de tránsito. A. Ambas son ciertas B. Una es cierta.
En una etapa posterior de la encuesta, se les preguntó de nuevo sobre su voluntad de sobornar a un oficial, con la opción explícita de “elegir no responder directamente”, dada en caso que vieran una respuesta directa incómoda o inapropiada.
Así se analizaron datos combinadas de respuestas con la protección o sin ella.
Al final se hizo la pregunta directa sobre el soborno con las opciones “Verdadera”, “Falsa” o “Prefiero no responder”.
Según los autores –Daniel Gingerich, Viriginia Oliveros, Ana Corbacho y Mauricio Ruiz-Vega – uno de los atractivos del método es que usa los datos directamente de las respuestas en una forma con alto sentido común.
Igualmente destacan que aporta un estimado de la conducta sensible, que es mayor o igual a la proporción de encuestados que lo admitirían bajo una respuesta directa si realizarían el corrupto acto. Esto gracias a “técnicas de encuestas sensibles”.
La corrupción, una enfermedad permanentemente al acecho

La aún inconclusa construcción de la Trocha fronteriza estuvo salpicada de actos corruptos y mala gestión. (CRH)
Se debe recordar que en el Índice de Percepción de la Corrupción 2013, desarrollado por Transparencia Internacional (TI), nuestro país ocupó el puesto 49 de 177 países. Mientras que en el 2014 subió al 47. Queda muy por encima de los países del istmo. Solo Uruguay y Chile obtienen mejor nota.
La organización mide, en una escala de cero (percepción de muy corrupto) a diez (percepción de ausencia de corrupción), los niveles de percepción de corrupción en el sector público, con un índice compuesto basado en encuestas a expertos y empresas.
Una encuesta de CID/Gallup para crhoy.com mostró que los costarricenses creían – en ese momento del 2013 – que la corrupción era el problema más grave del gobierno, de la entonces presidenta Laura Chinchilla, luego de numerosos escándalos de funcionarios públicos y hasta jerarcas.
Igualmente el Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó actos de corrupción, como los dados en el caso de La Trocha, en su Reporte de las Prácticas de Derechos Humanos, el año pasado.
Igualmente el Latinobarómetro señaló que el número de personas que han sido testigos de un acto de corrupción aumentó de 16% en el 2006 al 24% en el 2011, periodo en el que se vio acusaciones a tres expresidentes y hasta dos de ellos ir a la cárcel.
El Informe del BID llamó la atención de que el crecimiento de la corrupción se da junto a otros fenómenos como el aumento en los crímenes violentos, el uso del país para el narco.
Mapa de TI del 2014