Decir que no se cree en un ser superior en un país en el que se contesta con un “bien, gracias a Dios”, puede no ser sencillo.
Al menos así concuerdan algunos ateos a los que crhoy.com consultó para conocer un poco de su vida. Para ellos no creer es la opción en un país donde la religión católica es “oficial” y ala Iglesia recibe fondos del Estado.
Desde muy pequeño Franco Vargas, se inclinó por saciar su curiosidad con ayuda de la ciencia y no atribuir ninguna de las situaciones que se le presentaban como obra de un ser supremo.
Vargas aseguró que confesarle a su madre, una católica muy religiosa, que él no creía en Dios fue algo muy difícil para ambos y es -al día de hoy- un tema que poco a poco ella ha ido asimilando.
Precisamente por las creencias religiosas tan arraigadas de su madre, Vargas tuvo que acudir muchas veces a actividades religiosas durante la Semana Santa, cuando era un niño.
“Mi mamá me hacía ir, realmente eso me incomodaba. Me parecía estúpido porque era ir a adorar imágenes y en la misma biblia dice que no se deben adorar imágenes”, cuestionó el oriundo de Orotina.
Vargas es estudiante de Medicina Veterinaria, y asegura que nunca odió a sus familiares por imponerle una religión pero que siempre se sintió incómodo con ello.
“Por imponerme algo que a ellos les impusieron. Más bien lo agradezco porque me sirvió de experiencia, que el cristianismo es una fe que se basa en el miedo y la opresión. Los fieles no tienen la culpa, solo son víctimas”, opinó.
Vargas admitió que en un inicio le preocupaba lo que pensaran las personas, pero ahora no tiene problema en decirle a quien se lo pregunta que es ateo e incluso defiende sus ideales.
Andy Artavia, un adulto de 35 años, asegura que prefiere no divulgar que es ateo.
“La gente aún es muy cerrada. Pienso que es mejor reservármelo. Una vez siento que no me dieron un trabajo por decir que no tenía creencias religiosas, pero no lo puedo asegurar. Desde ese entonces prefiero no decirlo”, añadió Artavia.
Otra anécdota que comentó Artavia fue que tuvo problemas para “conservar” una novia.
“Estaba saliendo con una muchacha, ella no era tan religiosa y no tenía problemas con mi ateísmo. Pero, sus padres sí. Eran evangélicos extremistas. Hasta ahí me llegó el amor”, agregó.
De acuerdo con el estudio Cambios en las creencias religiosas en Costa Rica de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional (UNA), en el país un 4.3% de los ticos no profesa ninguna religión.
La religión que predomina es la católica con un 42% de practicantes.