Imagen con fines ilustrativos. Archivo Efe
Un video en el que se veía a una madre dando una lección a su hijo por participar de una violenta protesta y disturbios en Baltimore. Los comentarios no se hicieron esperar y en muchos de ellos las personas coincidían en que esta práctica de disciplina férrea y hasta manotazos más bien ayuda a “educar”. “Si en Costa Rica todos los padres de jóvenes “nini” (ni trabaja ni estudia) hicieran lo mismo las esquinas estarían vacías y los centros de estudio sin tanta deserción”, escribió un lector. “Eso es, pongan orden las madres”, indicó otro. “Eso es autoridad, que es lo que nos falta en nuestra sociedad tica”, dice otra lectora.
Y es que precisamente los ticos ven el castigo físico como algo natural “porque fueron criados así”, según expertos.
Pese a que la mayoría de los lectores apoyaron la reacción de la madre en el video (ver aquí), tres psicólogas consultadas por crhoy.com insisten en que el castigo físico no hace que los niños y adolescentes desarrollen respeto hacia sus mayores, sino temor e inseguridad, además de cólera por no poder defenderse. Y que no es cierto que las personas criadas años atrás sean más educadas porque “les pegaban”.
“Vivimos en una sociedad donde en pleno siglo XXI se sigue permitiendo la agresión física, los adultos de ahora que fueron agredidos en el pasado refieren que se encuentran bien y que son personas de bien, pero si uno ve las conductas ve que estas personas presentan depresión, ansiedad, mal manejo de límites, mucha agresividad y por supuesto repiten con sus hijos nuevamente ese patrón. Son personas con muchas carencias emocionales”, afirmó Melissa Céspedes, psicóloga clínica del Hospital Clínica Bíblica.
Céspedes fue enfática al asegurar que para poner límites y ejercer autoridad sobre los menores no se necesita ser violento ni gritar, sino más bien hacerlo con disciplina y afecto.
“Uno no piensa que uno fue un niño y que ese niño que le dieron fajazos, le dolió eso, mentira que los disfrutó (…) lo que hacen es justificar una situación de violencia. Tampoco es que el papá no puede sujetar a su hijo con firmeza y de repente llamarle la atención pero la agresión ya es otra cosa”, dijo la experta.
¿Qué pasaría si a un adulto el jefe lo agrede porque hizo mal su trabajo?
Marcela González, especialista en Temática en Primera Infancia y Desarrollo de la Fundación Paniamor explicó que “nadie entiende a golpes” y puso como ejemplo a un trabajador que sea agredido por su jefe porque hizo mal su trabajo, es lógico que lo vaya a denunciar y posiblemente no vuelva a ese lugar. Igual sucede con los niños.
Elizabeth Ballestero, psicóloga del Patronato Nacional de la Infancia (Pani) añadió que lamentablemente se siguen recibiendo casos de niños agredidos físicamente porque “estamos en una cultura donde ese es el método que se nos ha dicho para corregir”.
De acuerdo con la especialista, los padres deben enseñarles a los hijos a que decidan las cosas que son buenas para ellos y que les ayudan a crecer y esto se debe hacer conforme a la edad.
“Puede ser que hagan cosas que no son convenientes pero para eso es importante que los papás se sienten y dialoguen con ellos. Si no queremos violencia social, no podemos seguir pegándoles a los niños como forma de corrección. Es igual como que el esposo le pegue a uno ¿por qué creemos que los niños sienten diferente? ¡Es igual! Se sienten atacados, se sienten menos, cólera de no poder defenderse”, dijo Ballestero.