En estos días, trabajar de gratis es una idea que a pocos les pasa por la cabeza.
Y así como otras instituciones de servicio público tienen voluntarios, la Policía de Tránsito también tiene su cuerpo de inspectores que realizan las labores de cualquier oficial sin recibir ni un solo colón por su entrega.
Manuel Sandí es uno de ellos.
Desde que se reactivó el programa de voluntarios de la Policía de Tránsito, el director, Mario Calderón, exigió que esas personas tuvieran otros trabajos o ingresos para evitar que pretendieran enriquecerse con ese uniforme.
En el caso de Sandí, es un pensionado que en lugar de irse a su casa a sentarse en un sillón a la espera de lo inevitable, decidió incorporarse como oficial por ser una de las “labores más bonitas”.
Este oficial cuenta con el apoyo de su familia para este oficio y para su otro trabajo como mensajero, pues quedito en casa no se quedaría, según dijo.
Los oficiales voluntarios tienen las mismas potestades que los oficiales de planilla, a excepción que no pueden atender accidentes de tránsito.
Mario Calderón pretende incorporar aun más voluntarios aunque con precaución, pues la labor requiere de mucho compromiso, lealtad, pero además los requisitos también son exigentes.
