El tamaño del déficit fiscal estimado para este año, que nuevamente podría rondar el 6% del PIB, ha provocado que el Ministerio de Hacienda evalúe la posibilidad de pedir un ajuste mayor al planteado en la reforma actual.
Para dimensionarlo, se debe conocer que cada un 1% del PIB equivale a unos ¢282.000 millones.
De acuerdo con Fernando Rodríguez, viceministro de Ingresos, la propuesta inicial que manejó Hacienda preveía un ajuste del 3,75% del PIB.
De esta cifra, el equivalente a un 2,50% del PIB provendría de nuevos tributos y mejoras en la recaudación de impuestos, y el 1,25% restante se lograría con reducciones y ajustes en el gasto.
Pero ahora, dado un alto endeudamiento del Gobierno y la diferencia tan grande entre los gastos y los ingresos tributarios, podría necesitarse de más recursos.
“Nos hemos quedado analizando el 3,75% a la luz de dos déficits seguidos de casi un 6% (2013 y 2014) y en realidad queremos este año volverlo a replantear para ver si con 3,75% nos da o se requiere un ajuste mayor”, reflexionó Rodríguez.
El funcionario hizo referencia a un análisis de la Academia de Centroamérica, que estima que el monto a recaudar debería superar el 4% del PIB.
De acuerdo con este estudio, para que se mantenga un nivel de deuda sostenible se estimó que la corrección fiscal, mediante aumento de ingresos y reducción de gastos, debe rondar entre el 4,5% del PIB y el 6,4%.
Rodríguez explicó que la cifra inicial tampoco contabiliza los efectos de perder los recursos que provienen del impuesto a las personas jurídicas, un equivalente al 0,15% del PIB, por lo que el ajuste necesario debería llevar la cifra del ajuste al 3,90% del PIB como mínimo.