Imagen con fines ilustrativos (Ilustrativa/Archivo).
“Estamos como a final del verano, un patrón lluvioso estable no se ha presentado en ningún momento y eso implica que –por ejemplo- en El Llano de Alajuelita mantengamos el esquema de racionamiento igual que como terminamos el verano. No ha sido posible que se recuperen”, explicó Sergio Núñez, subgerente del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
De esta forma la entidad pinta la cruda realidad que significan los embates de fenómenos climáticos, como El Niño. Según el funcionario, este es un ejemplo de que el esquema de operación del verano se ha mantenido, pese a que estamos en vísperas de concluir la época lluviosa.
“Con este patrón como de verano sí hemos logrado mantener el abastecimiento en la Gran Área Metropolitana (GAM) sin problemas serios de racionamiento. Sin embargo, ya se están presentando bajas en los caudales de algunos pozos y nacientes”, apuntó el subgerente.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) estima que para el Valle Central se espera una disminución de lluvia de entre un 30% y un 50%. Además, se estima que ya no habrá aguaceros a partir de noviembre, con un patrón lluvioso muy inestable antes de esa fecha.
“Se dan los dos fenómenos que pueden llegar a producir desabastecimiento importante: que disminuirán, como ya se muestra, las fuentes de producción y segundo que con una sequía se tiende a consumir más agua”, externó Núñez.
El funcionario fue claro en apuntar a que “esperan una afectación importante para la GAM”. Por lo cual no podrían decir algo diferente ante este patrón.
“El ahorro por parte de todos es fundamental. Incluso desde ya, porque buena parte del recurso hídrico son acuíferos de los que el agua disponible ha venido acumulando desde meses anteriores”, determinó el colaborador.
¿Habrá racionamientos?
Solo El Llano de Alajuelita cuenta con racionamientos constantes del recurso hídrico y el mantenimiento con cisternas se mantiene. Pero, la pregunta es: ¿Se verá el líquido comprometido en otros sitios?
“En el momento en que veamos que no es posible administrar el recurso sin que se produzca desabastecimiento vamos a informarlo. No puedo decirle en que momento sería, porque son variables que no tenemos con precisión (…) Basado en mi experiencia, en mi apreciación le puedo decir que vamos a tener afectación importante y que tendremos que prepararnos bien”, expuso Núñez.
En las zonas más vulnerables se ubican la parte alta de Alajuelita y otras partes montañosas como Salitral o la parte alta de Coronado. “Esas zonas tendrán afectación alta, vamos a tener zonas cpon afectación alta-media importante como el centro de San José: Hatillo, Barrio Cuba y San José centro”, indicó.
Por lo poco particular del comportamiento lluvioso, el AyA proyecta que se tendrán que adelantar la recopilación de datos y la toma de acciones.
Para el IMN, los embates de El Niño –déficit de lluvias en Guanacaste y exceso en Limón- se sentirán hasta marzo o abril del próximo año, con posibilidad de que se extiendan.