La empresa taló y preparó el terreno para la mina, pero nunca se realizó. (Imagen de reporte de Infinito Gold)
Aunque la minera canadiense Industrias Infinito vendió las fincas que tenía en Costa Rica, con lo que se quedan sin bienes para responder a lo que deben al país por daño ambiental, el abogado participante del juicio ve posibilidades de realizar un cobro a la empresa.
Álvaro Sagot señaló que bajo una “buena técnica jurídica” hay una responsabilidad civil que debería repararse en las mismas propiedades. Esto ha sido aplicado en otros países.
Pero además dijo que cuando una empresa se somete a quiebra, como lo hizo Infinito Gold la casa matriz de la minera en Canadá, se marca que todas las transacciones fueron dudosas y se pueden anular. También se puede demandar con ese fin.
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La audiencia para conocer el fallo sobre el pago de daños ambientales se debía realizar el pasado viernes 11 de setiembre. Pero un día antes se suspendió, pues la Procuraduría General de la República hizo una gestión, para que participe en el proceso la compañía que compró las fincas en San Carlos.
El Tribunal de Apelaciones debe resolverlo. Mientras tanto se espera una nueva fecha, pero el proceso se alarga aún más. En el 2010 el Tribunal Contencioso Administrativo anuló la concesión a la minera y la condenó al pago de daños ambientales. También fue condenado el Estado y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) de forma solidaria.
Los peritos ya habían marcado que en 2 de las 5 fincas se generó un daño ambiental, valorado entre 4 y 10 millones de dólares. Sagot opinó que el comprador optó por adquirir las fincas, sabiendo que había una sentencia que determinó la responsabilidad.
Pero no dudó en señalar de “mala fe” esa venta, luego de que el representante de la empresa dijera que no entorpecería la ejecución de la condena.
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Burla de la empresa canadiense
El abogado ambientalista, Álvaro Sagot, pidió más acción a la Procuraduría. (Archivo CRH)
El diputado Edgardo Araya, quien también fue abogado del caso en el pasado y en agosto denunció la venta de las fincas, reitero que la legislación nacional establece la posibilidad de anular un traspaso en ciertos momentos (como cuando hay demandas cerca, una sentencia o una quiebra). Así que ve esa vente en firme.
Sin embargo lamentó que ese otro proceso para anularlos, tomaría tiempo y recursos. La cuestión es ver si se puede con un incidente, dentro del mismo expediente. Si bien con un monto ya definido y si no hay pago, se podría definir que la voluntad de vender fue no pagar.
El problema es cobrarle a una empresa que no existe, que no tiene oficinas y ahora ni bienes. “¿Con qué se les va a obligar a pagar?“, preguntó Araya. El legislador fue aún más pesimista, pues la compañía minera ya no tiene intereses ni nada que perder.
Recordó que los tribunales fueron lentos y ahora Infinito Gold se burlará de una sentencia histórica. La minera tiene otras fincas, pero en las cuales solo tiene derecho de uso. Vendió las que era dueño total.
Lo otro que existe para responder es un depósito de garantía de $600 mil, que dio Infinito Gold en el 2007. El abogado y ambientalista Álvaro Sagot reiteró que si está la posibilidad de decretar la venta como una simulación. Eso implica el levantamiento del velo para conocer los dueños de la empresa que compró las fincas.
Pero fue por el hecho simple de que el daño ambiental debe de restaurarse: el dilema es que no se sabe de dónde. El otro problema: el tiempo, pues la lectura del fallo podría darse hasta dentro de un año, según Sagot.