Al presentarse el presupuesto de la República para el 2016 queda en evidencia que la administración de Luis Guillermo Solís no congeló plazas, ni las cerró; al contrario, aumentará un total de 3.569 plazas (desde el 2014 hasta el 2016), en su mayoría para el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Si se compara el crecimiento del 2015 al 2016 únicamente se está solicitando la aprobación de 1.103 plazas, de las cuales, 895 son para el MEP, 90 para el Ministerio de Justicia, 59 para el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), 23 para el Ministerio de Hacienda, 22 para el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y las demás para las otras entidades.
En junio del 2014, el ministro de Hacienda, Helio Fallas, mencionó que sus primeras acciones para frenar el déficit fiscal del Gobierno Central sería el congelamiento de un 85% de las plazas vacantes (alrededor de 2.500 personas) lo que generaría a las arcas del estado un ahorro de 24.650 millones de colones y en julio de ese mismo año, pidió colaboración a los encargados de las instituciones.
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Sin embargo, al analizar este nuevo presupuesto, se evidencia que el número de contrataciones en la mayoría de las entidades del Estado subió y únicamente se disminuyeron en el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC): (4), en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (Mopt) (4), Ministerio de Salud (22), Ministerio de Vivienda (6) y Ministerio de Comercio Exterior (8).
El ministro interino de Hacienda, José Francisco Pacheco, mencionó que al analizar el crecimiento de las plazas Educación no está incluido y es obligatorio por varios fallos de la Sala Constitucional para nombrar profesores en zonas indígenas. “Eso hay que cubrirlo”.
“Las instituciones solicitaron 2.700 nuevos puestos, sin embargo, no se aprobaron todos los solicitados, únicamente 1.103 en total”, explicó.
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Visión de economistas
“El aumento en la contratación se refleja en el gasto de remuneraciones que creció un 7.3% con respecto al aprobado en agosto del 2015 y esta decisión del Gobierno afecta a la economía porque el Gobierno tiene que endeudarse para pagar salarios y esto presiona las tasas de interés”.
Luis Diego Herrera, economista
“El fuerte crecimiento en las remuneraciones impide una mayor contención del gasto total y contribuye a acrecentar el déficit fiscal. Por otro lado, si el Estado no provee más y mejores servicios con esa masa salarial, el país está usando mal sus recursos escasos”
Edna Camacho, economista
“No es malo que el Gobierno gaste en salarios o en nuevas contrataciones, el problema es el exceso en el crecimiento y que no existan sistemas para evaluar cuáles son los funcionarios por su productividad y calidad de trabajo se merecen los aumentos”.
Ronulfo Jiménez, economista