Nancy y Natalie fueron víctimas de acoso callejero hace 14 años. La última, perdió la vida. (Imagen ilustrativa).
El sábado 5 de mayo del 2001, doña Olga Brenes despidió a su hija Nancy Badilla que tenía entonces solo 15 años de edad. Ella se dirigía a la casa de una compañera de colegio junto con su prima Natalie Brenes, para realizar un trabajo.
Doña Olga cuenta que su hija le aseguró que su compañera y el papá, las esperarían en las cercanías del Hospital de Niños y eso le dio un poco de tranquilidad.
“Ellas llegaron a la acera del hospital, la muchacha estaba al frente pero no lograban verla (…) había un hombre sentado en la acera, alguien les dijo que tuvieran cuidado (…) cuando ellas iban caminando hacia el San Juan de Dios, esperando a que llegaran por ellas (…) el tipo que estaba sentado en la acera las alcanzó”, relató doña Olga.
Su hija Nancy llevaba un bolso tipo “canguro” donde llevaba únicamente los pasajes para devolverse a su casa, en La Trinidad de Moravia.
El sujeto trató de quitárselo y de “toquetearla”, pero ella se resistió, a lo que él respondió con un intento por clavarle un cuchillo del cual pudo escapar. Tras otro intento, su prima Natalie intervino y el puñal se clavó en su estómago.
Natalie pasó 2 meses luchando por su vida, la joven falleció en julio de ese año.
Aunque al sujeto identificado como Marvin Geovanny Muñoz Muñoz lo condenaron por los delitos de homicidio calificado y robo agravado a 61 años de prisión, que descuenta en el Centro Penitenciario La Reforma, cuando se dieron los hechos, entre las versiones estaba que Natalie falleció al enfrentar al sujeto que trató de “manosear” a su prima en plena vía pública.
Según contó Katherine Brenes, hermana de la joven fallecida, la reciente situación con Gerardo Cruz Barquero, afloró los sentimientos en esta familia para la cual 14 años no son suficiente y no han logrado olvidar tan terrible historia.
“Yo me siento culpable”
Aunque la hija de doña Olga Brenes logró salir ilesa de aquel episodio, al día de hoy ella no deja de sentir dolor al saber por lo que tuvo que pasar y el precio que tuvo que pagar Natalie.
“Cuando eso pasó y yo llegué al hospital yo sentí culpa de que sucediera, de hecho yo cuando veo a mi primo siento vergüenza, como si nosotros hubiésemos tenido la culpa“, lamenta.
Su hija ahora vive en Estados Unidos, pero le tomó cerca de 2 años poder regresar a San José y pasó dos años sin poder dormir o quedarse sola en su casa.
Sobre el episodio de Gerardo, asegura que se solidariza con esa familia, “han pasado muchas situaciones así, uno siente que la maldad del corazón ha aumentado tanto. Uno se solidariza con la familia, con lo que está pasando”, finalizó.
