Todos sentimos frustración en la vida. Puede ser en el trabajo, en relaciones familiares, con la pareja o en las acciones individuales, ante una meta que se pierde, un intento que se malogra o lo esperado que no llega. Es parte del ser humano. El dilema es como se resuelve.
Recientemente, un hombre ganó popularidad y hasta oportunidades de negocios, por crear una pegajosa frase que se expandió velozmente. Lo lamentable fue que a los días, un hombre lo amenazó violentamente por su inesperado éxito, en lo que fue calificado de rencor y envidia por algunos.
La frustración puede llevar a personas a cometer actos violentos y hasta homicidios. (Imagen con fines ilustrativos / Archivo CRH)
Raymond Valverde, jefe de la Sección de Apoyo Psicológico Operacional del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), afirmó que la violencia es un fenómeno complejo y de muchos ángulos, que se extiende más allá del acto agresivo, a una violencia social también.
Una de las aristas son las condiciones socioeconómicas y traumas de niñez parte del historial individual. Valverde describió que en comunidades marginales, la frustración se eleva, cambia de tono y puede disparar la agresión.
Sin que implique que no haya frustración en grupos con mayores ingresos y oportunidades. Pero en las personas con menos acceso impactan fuertemente los mensajes de que otros – no yo – tienen acceso a más dinero, lujos y cosas. Individuos con esos sentimientos llegan a formar bandas delictivas.
El criminólogo Gerardo Castaing coincidió en que, si bien no hay estudios profundos y serios, si hay grupos sobretodo de jóvenes que no trabajan ni estudian, pero desean y buscan dinero y estatus social y económico.
Incluso aprovechan su capacidad y habilidad en redes sociales, para unirse, lanzar mensajes, reclutar personas y mostrar su “obra”. El exagente del OIJ mencionó que usualmente vienen de hogares desintegrados.
Traumas, frustración y la pérdida de empatía
Recientemente un tucán fue agredido por un grupo de jóvenes. (Imagen Zooave)
Este mes, un grupo de jóvenes agredió a un tucán y le causó que perdiera parte de su pico. Es uno de los casos de violencia contra los animales, que pueden revelar otras conductas más agresivas e incluso, no en cualquiera, posibles trazos de psicopatía o sociopatía.
El psicólogo del OIJ, Raymond Valverde, llamó la atención sobre agresiones a animales, porque las equipara a una agresión a un humano, ya que refleja la pérdida de empatía, la capacidad de identificarse con el sentir del otro e interpretar las emociones ajenas.
Pero hay un elemento previo: la formación y las experiencias en la niñez. Jóvenes que surgen de comunidades pobres, con hogares destruidos o con problemas, tienen mayor probabilidad de no tener alfabetización emocional, reprimir sentimientos y tener que ser “rudos” ante la realidad. De ahí crece la espiral de violencia.
Eso si, no se puede caer en la generalización de que por ser pobre será frustrado y agresivo, así como por ser de mayores recursos, no será violento. Pero según Valverde luego se aumenta la cólera, la envidia destructiva y la necesidad de desquitarse.
A la falta de empatía, el enojo y los juegos de poder se une la carencia de educación y de capacidad de autocontrol. Todo unido impulsa a buscar el dinero y lo que otros tienen, a cualquier costo.
Agresiones y violencias a través de las redes virtuales
Este año, trascendieron amenazas de un hombre a personas que fueron asesinados. (CRH)
En febrero del 2014, trascendió que un hombre amenazó a personas, que justamente fueron asesinados, en Paso Canoas, por un aparente pleito de drogas. La violencia y las acciones por llegar a tener “dinero fácil” se muestran y hasta coordinan también en las redes sociales.
Gerardo Castaing mencionó que en la sociedad se pierde o adquiere el anonimato según el interés, a través del mundo virtual. El mundo cibernético permite expresiones agresivas y hasta ilegales, sin correr una responsabilidad.
El criminólogo afirmó que se establecieron estatus económicos, criminales o sociales, al tiempo que se forman grupos. Los usuarios cercanos al delito, bandas criminales, psicópatas y más reclutan, coordinan movimientos y más. Por eso comentó que ya el OIJ investiga esas comunicaciones.
El ministro de Seguridad, Celso Gamboa, agregó que hay múltiples casos en las redes para aprovecharse de información personal, cometer delitos de extorsión o sexuales. Por eso instó a desarrollar una cultura cibernética y más ciberseguridad.