La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló hoy un informe en el que afirma que la pobreza afectó durante en el 2014 al 28% de la población de la región, lo que revela que su proceso de reducción se ha estancado en torno a ese nivel desde el 2012, mientras que en ese mismo período la indigencia aumentó de 11,3% a 12%, todo ello en un contexto de desaceleración económica.
En el caso de Costa Rica, la pobreza fue de 21,1% en el 2005 y pasó a 17,8% en el 2012 y 17,7% en el 2013. La indigencia fue de 7% en el 2005 y pasó a 7,3% en el 2012 y llegó a 7,2% en el 2013.
Además, afirma el documento Panorama Social de América Latina 2014 que en lo que respecta a la desigualdad, 15 países reportan una mejora y que la única excepción fue Costa Rica.
La secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, mencionó que la recuperación de la crisis financiera internacional no parece haber sido aprovechada suficientemente para el fortalecimiento de políticas de protección social que disminuyan la vulnerabilidad frente a los ciclos económicos.
“Ahora, en un escenario de posible reducción de los recursos fiscales disponibles, se requieren mayores esfuerzos para apuntalar dichas políticas, generando bases sólidas con el fin de cumplir con los compromisos de la agenda de desarrollo post-2015”, aseguró.
Al analizar el caso específico de Costa Rica, la Cepal apunta que desde el 2005 al 2012, la incidencia de la pobreza por zona de residencia se observa en Costa Rica y Chile que la disminución fue mayor en las zonas rurales que en las urbanas.
Entre el 2002 y el 2013, en el conjunto de estos países el índice de Gini –referido a la distribución del ingreso, donde cero es la igualdad total- cayó aproximadamente 10%, de 0,542 a 0,486.
En tanto, entre 2008 y 2013, la participación en los ingresos totales del 20% de los hogares más pobres se incrementó de 5,2% a 5,6%, mientras que la del quintil más rico se redujo de 48,4% a 46,7%.
Al analizar la desigualdad de género en el mercado laboral, el informe revela que la eliminación de las diferencias en las tasas de actividad de hombres y mujeres conllevaría descensos en los niveles de pobreza (medida por el ingreso per cápita de los hogares) de hasta 12% en el caso de Nicaragua y El Salvador, así como en los de desigualdad (medida por el índice de Gini).
Lo mismo ocurriría con la eliminación de las brechas de ingresos entre varones y mujeres, que en el caso de Bolivia permitiría disminuir la pobreza en 14%.
En materia de gasto social, la región hizo un esfuerzo significativo a partir de 2008 para enfrentar la crisis financiera internacional, pero en el 2012 y el 2013 se observó una desaceleración del crecimiento de éste, que responde principalmente al escaso dinamismo de la economía internacional y al impulso de la inversión en los sectores no sociales.
Si en el 2008-2009 el gasto público social como porcentaje del producto interno bruto (PIB) en América Latina se situó como promedio en 18,3%, en el siguiente bienio ascendió a 18,9% y en 2012-2013 alcanzó 19,1%, aunque sigue habiendo grandes diferencias entre países.
“El bajo crecimiento económico y la falta de políticas focalizadas en las personas de más bajos ingresos son las que están afectando para que como país no se pueda reducir la pobreza”
Óswald Céspedes
Consultor internacional y economista independiente.
“Hay un problema estructural para generar nuevas fuentes de empleo que reduzcan la pobreza y la desigualdad ya que la gente sino tiene nuevos ingresos, no demanda más bienes y servicios y por este motivo, no se dinamiza la economía”. Roxana Morales
Economista.