
Esta fotografía fue captada a la 1:25 p.m. del martes por los guardaparques que se encuentran en el sector de La Central.(Foto cortesía.)
Desde 1997 el volcán Turrialba inició un proceso de importante actividad, sin embargo, fue hasta el 1 de noviembre del 2014, cuando la fase más significativa del siglo XXI, dio inicio.
Así lo explicó Guillermo Alvarado, coordinador del área de Amenazas y Auscultación Sísmica y Volcánica del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), quien aseguró que este proceso es muy similar a dos actividades registradas en los siglos XIX y XX en el coloso; por lo que ellos pronostican, que el panorama en esta ocasión, podría ser similar al de entonces.
Según la historia…
En Costa Rica, a lo largo de cinco siglos, solo se registran 103 muertes a causa de actividad volcánica.
A nivel mundial, cada año entre 70 y 75 volcanes presentan actividad eruptiva ya sea del tipo de explosiva o efusiva (coladas de lava).
Y solamente el 15% de ellas, se extienden por más de un año. Tal fue el caso del Turrialba en el siglo XIX (1864-1866), el Irazú (1963-1965), y del Arenal que estuvo activo por 42 años.
¿Qué se puede esperar?
Si el comportamiento se mantiene como hasta el momento, similar al del siglo XIX, hay algunos panoramas que se pueden esperar:
El primero de ellos: que la actividad de ceniza continúe por varios meses, como hasta ahora.
El segundo: que el Valle Central siga sufriendo los embates de la ceniza y se sigan realizando cierres en el aeropuerto Juan Santamaría.
En tercer lugar: que la lluvia ácida y la ceniza afecte mayormente el radio de cinco kilómetros del cráter activo.
El cuarto panorama: que no exista salida de coladas de lava, sin embargo, en caso de existir, el materíal quedaría restringido a los alrededores del cráter.
El quinto: que los ríos más afectados sean el Amarillo, río Toro y el río Sucio.
Y finalmente, que la comunidad de Turrilaba esté fuera del radio de peligro a corto y mediano plazo.
“No hay por qué asustarse por la lava”
Guillermo Alvarado dijo que han podido detectar que en este momento hay presencia de lava que está ascendiendo hacia la superficie del volcán, la misma está causando presión en el coloso y causando su deformación.
Sin embargo, de acuerdo con el experto, no hay una razón de peso para entrar en pánico por la posible presencia de lava. Ya que el coloso está en constante emanación de lava fragmentada, en forma de ceniza.
Advirtió que lo que sí es de preocupar, es la presencia de flujo piroclástico, las cuales son nubes densas, que son una mezcla de materiales sólidos calientes, gases volcánicos y aire atrapado, las cuales toman pocos minutos en formarse.
Alvarado indicó que es posible que se presenten erupciones un poco más elevadas que las registradas hasta el momento, con columnas de ceniza que podrían alcanzar alturas de cinco o seis kilómetros, sobre la cima del cráter.
Entre 1997 y el 2013 el volcán registró la primera etapa de actividad. Actualmente los expertos aseguran que está en una segunda fase con erupciones más importantes.
“En el siglo XIX esta etapa duró 19 meses, y en la actualidad llevamos apenas seis meses, obviamente es un modelo, pero no se puede decir que se va a durar lo mismo”, dijo Alvarado.