El domingo anterior los personeros de la Cruz Roja de Desamparados tuvieron que lidiar con un hecho bastante inusual.
Unos hombres en un vehículo dejaron a un herido frente a las instalaciones de la Benemérita, minutos más tarde, regresaron armados y amenazaron a los socorristas para recuperar a la víctima.
Tras el episodio confuso, la Cruz Roja decidió no brindar más detalles sobre el suceso, por miedo a represalias.
Este hecho es solo una muestra de la realidad que deben sortear todos los días los 6.800 voluntarios y 1.260 empleados de la institución.
Y es que en el desempeño de su noble y ardua labor, nunca falta quien trate de robar, agredir o incluso, iniciar balaceras, ya sea en contra de los personeros o en las bases de operaciones que tiene la institución a lo largo y ancho del país.
Temor entre los cruzrojistas
En San José, lugares como Pavas, Los Cuadros de Goicoechea, todo el cantón de Desamparados; en Cartago Santiago del Monte en Tres Ríos; en Alajuela “El Infiernillo” y en toda la provincia de Limón -aunque ha disminuido la incidencia en los últimos meses- es recurrente que los rescatistas y las unidades, sufran robos de implementos, ataques con piedras, botellas o incluso balas, según relató el vocero de la institución, Freddy Román.
Estos hechos han alimentado el temor entre los personeros, aunque si bien no generalizado, sí ha influido para que en este momento la Cruz Roja trabaje en una guía de atención para detectar y abordar de manera oportuna, situaciones de riesgo para la integridad de los funcionarios.
Jesús Escalona de la Dirección Nacional de Socorro y Operaciones, dijo que también han recibido amenazas para que presten atención médica a personas ya fallecidas, así también para que atiendan o no, a pacientes.
Además de esto, cuando se hacen los traslados de los heridos a los centros hospitalarios, al hacer la entrega de los pacientes, las personas aprovechan el “descuido” de los cruzrojistas, para hacerse con celulares e implementos que quedan en las ambulancias.
Falta personal
Y es que según Jesús Escalona, las cerca de 8.060 personas que laboran para dicha institución, no son suficiente. El hecho de no poder contar con dos personas tanto en cada base de operaciones y dos para las unidades, es un punto que los deja en desventaja.
Así también, los robos de implementos como cilindros de oxígeno -por ejemplo- significan un problema mayor no solo a nivel económico, sino también operativo. Esto porque las unidades (ambulancias), quedan fuera de servicio hasta que sean suministrados nuevamente estos artículos.
Aunado a esto, la institución no cuenta actualmente con una partida específica para el tema de seguridad. Por tanto, el abordaje se ha enfocado en el acatamiento de políticas de seguridad que el Movimiento Internacional de la Cruz Roja le instruye a las instituciones a nivel mundial.
La idea es que el personal tenga a mano una guía que le permita saber paso a paso, cómo proceder. Sin embargo, los personeros son conscientes de que siempre van a existir cierto grado de vulnerabilidad debido a que sus funciones son de 24 horas, lo cual implica menos personal y condiciones propicias para la delincuencia.